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Curso nuevo, escuela nueva

La pequeña Belisabel nunca imaginó que su segundo grado sería diferente. Un aula grande, con más luz, un patio enorme, muchos colores y más niños vería en su primer día de escuela.

 

En Camagüey, 694 escuelas abrieron sus aulas para comenzar el curso escolar 2022-2023. Foto: Gretel Díaz Montalvo

 

Y es que su escuelita rural de la comunidad Bidot, del camagüeyano municipio de Jimaguayú, ahora sería el remozado seminternado Pedro Julio Esperón Álvarez.

Este centro, el cual acogió el acto provincial por el inicio del curso escolar 2022-2023 en el territorio, es uno de los 99 planteles agramontinos que comenzó el periodo lectivo con mejores condiciones, gracias a la ejecución de más de 88 millones de pesos.

Según confirmó Mercedes Escuredo Olazábal, directora provincial de Educación, estos remozamientos permitieron incrementar en 180 las capacidades en la primera infancia e intervenir en escuelas de comunidades en transformación social.

 

Ponerle corazón

La comunidad Bidot, en Jimaguayú, está en transformación. Allí las autoridades y sus habitantes quieren cambiar, mejorar. Por eso en cuanto vieron la posibilidad de ampliar la escuela multígrado, no lo pensaron mucho.

 

Con una escuela nueva, con mejores condiciones constructivas y mayor amplitud, comenzó el curso escolar en la comunidad Bidot. Foto: Gretel Díaz Montalvo

 

Cerca de la delegación de la Agricultura del municipio había un basurero, pero con el espacio necesario para la construcción. Fue cosa de los propios vecinos, a ellos se les ocurrió aprovechar el área,como explicó Pedro Francisco Cambón Betancourt, director municipal de la Empresa de Abastecimiento y Servicios a la Educación (EPASE).

«Todos, la comunidad, las familias y hasta los propios niños nos enfrascamos en la misión. Y en apenas 22 días hicimos cuatro aulas, las cuales entregamos para el 13 de agosto.

«Luego seguimos haciendo los portales, la plaza, los baños nuevos y la cerca perimetral. Aquí se trabajó de sol a sol, para tener una escuela de lujo».

 

Alexis Martínez de Santelices Arencibia, director del centro, no puede contener la alegría. Nunca imaginó que tendría una escuela tan bella ni que acogería a tantos niños.

«Lo que hoy tenemos, tan lindo y con una matrícula de 112 alumnos, ha sido producto de esa transformación que vivimos, pero también de la necesidad, pues la comunidad ha crecido.

«Ante teníamos solamente a los de primero a cuarto grado en una aulita y hoy contamos con seis aulas espaciosas, donde acogemos a los estudiantes de primero a sexto grado. Pero aun nos quedan tres más por terminar: una para preescolar, la biblioteca y la de computación».

En la materialización del sueño fueron muchas las manos. Abel Cossio Acosta e Isaura Díaz Calcine, padres de Belisabel, fueron algunos de esos apoyos.

 

Belisabel, una de los niños que junto a sus padres apoyaron la construcción de la escuelita nueva. Foto: Gretel Díaz Montalvo

 

Abel, sin saber mucho de albañilería estuvo desde el comienzo, pues, como dice:

«hasta moviendo un ladrillo se ayudaba. Para acá vinimos muchos, hasta gente de otros organismos, por lo que es un logro para nuestro municipio y niños».

Por su lado, Isaura nunca imaginó que uno de sus tres hijos tendría tanto confort para estudiar:

«Este es un sueño anhelado del pueblo de Bidot, señala. Cada niño tiene su espacio, no hay aglomeración y la niña dice que hasta quiere quiere ser maestra».

 

Un curso diferente

El curso 2022-2023 estará lleno de complejidades, cuenta con 10 semanas lectivas menos que en cursos anteriores y por tanto, se realizarán adecuaciones curriculares.

Son muchas las difíciles situaciones económicas y electroenergéticas que se viven, sin embargo, como destacó Escuredo Olazábal, el inicio de un curso no por ser un evento tradicional deja de ser un momento inolvidable para alumnos, educadores y familias, «pues, a pesar del complejo contexto socioeconómico actual, el Estado cubano garantiza una educación gratuita, masiva e inclusiva».

En el territorio agramontino abrieron 694 escuelas con una matrícula de más de 113 mil 400 estudiantes y de ellos unos cinco mil internos. El reto, según especialistas, es el completamiento de la cobertura docente y para ello se aplican alternativas.

Aunque se incorporarán unos 359 graduados de la Escuela Pedagógica, de ellos 70, de la Enseñanza Técnico-Profesional y 96 universitarios, estos últimos se unirán al trabajo en enero, la contratación por horas a estudiantes universitarios constituirá una de las vías para garantizar la docencia.

También servirán de apoyo los alumnos ayudantes y profesores de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz, quienes darán clases en el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas (IPVCE) Máximo Gómez Báez.

De igual manera, para este período, gracias al esfuerzo del sector, se incrementa la matrícula en los círculos infantiles a partir del otorgamiento de nuevas capacidades, así como la inauguración de cuatro casitas para las madres trabajadores de los sectores de la Salud y Educación.

El actual curso es diferente, lleno de complejidades, pero por el empeño de muchos todas las escuelas en Camagüey abrieron sus aulas, reciben sus clases todos los estudiantes y, algunos, cuentanhasta con una escuela nueva.

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