Los cubanos sabemos entrarles inmediatamente, “con la manga al codo”, a situaciones excepcionales. Así se ha demostrado en Pinar del Río tras el azote del huracán Ian.

Todo esfuerzo, sin embargo, tiene lunares que empañan los resultados porque si de algo adolecemos, tras la enérgica reacción inicial, es de la falta de seguimiento, actitud que es pariente cercana de la desorganización. Cuando ambas se unen, el cumplimiento de la tarea se enlentece o en el peor de los casos se detiene.
Pensé en ello a raíz de un planteamiento de Esteban Lazo, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en su reciente visita a suelo pinareño, como parte de la preocupación de la dirección del país por la recuperación de este territorio.
Reportes de prensa recogieron su interés por el funcionamiento de la oficina de trámites en la zona de defensa de Boca de Galafre, en el municipio de San Juan y Martínez, donde constató demoras en el levantamiento de los daños y la confección de las planillas para que los damnificados pudieran acceder a los materiales.
“A más de un mes del huracán —dijo—, todavía estamos discutiendo los mismos problemas que abordamos el primer día”, y si bien reconoció que todos los materiales no se podían resolver a la vez, el daño era muy grande, por lo cual “a la limitación que tenemos no le podemos sumar la desorganización nuestra y la falta de previsión”.
Para ser justos, dicha oficina carecía del personal suficiente para afrontar la avalancha de necesidades, no obstante la crítica era válida porque debieron buscarse alternativas de solución.
Como señaló el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, para los servidores públicos lo primero es facilitarle la vida al pueblo y mucho más cuando está en medio de situaciones extremas, y llamó a siempre ponerse en el papel del que tiene la necesidad para entenderlo y moldear mejor nuestra actitud.
Es en ese empeño que deben atajarse las dos palabras escurridizas: organización y seguimiento, y ponerlas en positivo.
Acerca del autor
Graduada de Periodismo en 1974 y Master en Ciencias Políticas de
enfoque Sur, Al graduarse pasó a atender temas históricos e
ideológicos y viajó a varios de los antiguos países socialistas. Al
pasar al periódico Trabajadores, escribió para el Suplemento de
salud durante varios años y realizó la cobertura del segundo
contingente de la brigada médica en Guatemala. Posteriormente fue
jefa de la edición digital y subdirectora editorial hasta mayo de 2025
que se jubiló y se recontrató en la publicación. En el transcurso de
su ejercicio profesional Ha ganado premios en concursos
periodísticos y de humorismo.

