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Internacionalismo con nombre de mujer

Operación Carlota, fue la denominación en clave de lo que el Comandante en Jefe Fidel Castro calificó como la más justa, masiva y exitosa campaña militar internacionalista de nuestro país, que se decidió emprender el 5 de noviembre de 1975. El nombre constituyó un homenaje  a la esclava de origen lucumí que lidereó  la rebelión desatada en noviembre de 1843  en el ingenio Triunvirato, de la provincia de Matanzas y ofrendó su vida en el empeño.

 

Foto: Archivo

Como expresó posteriormente Fidel en su entrevista con Ignacio Ramonet, “A diez mil kilómetros de distancia, tropas cubanas herederas del glorioso Ejército Rebelde, entraban en combate con los ejércitos de Sudáfrica, la mayor y más rica potencia del continente y contra Zaire, el más rico y bien armado títere africano de Europa y Estados Unidos.”

Ya antes se había derramado sangre cubana en territorio angolano de instructores que se encontraban allí asesorando a las fuerzas del Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA) encabezado por Agostino Neto, quien solicitó la ayuda de la Patria de Martí para resistir la invasión.

Impedir la proclamación de la independencia de Angola, prevista para proclamarse el 11 de noviembre, era el propósito inmediato de los agresores, aunque sus miras a más largo plazo eran apoderarse de un territorio con abundantes recursos naturales, dentro de ellos el codiciado petróleo de Cabinda.

En su discurso de clausura del Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba efectuado en diciembre de 1975, Fidel dijo que los imperialistas estaban irritados con nosotros, se preguntaban por qué ayudábamos a Angola y qué intereses teníamos allí. La respuesta del líder de la Revolución fue tajante: “Nosotros no perseguimos ningún interés material y es lógico que los imperialistas no lo entiendan, porque se guían por criterios exclusivamente chovinistas, nacionalistas, egoístas. ¡Estamos cumpliendo un elemental deber internacionalista cuando ayudamos al pueblo de Angola!”

Durante un tiempo la Operación constituyó un secreto para el propio pueblo cubano. Los colosales esfuerzos para llevar las tropas y trasladar las tropas y los pertrechos hacia el escenario de los combates por avión y por vía marítima pueden calificarse también de hazaña. Hasta aviones llegaron allí desde Cuba.

En medio del dramatismo del momento se daban situaciones simpáticas como la narrada por  Maximiliano Velázquez Montesino, Héroe del Trabajo de la República de Cuba, quien rememoró que al salir de las casas para el puerto decían que iban a descargar un barco de maní, “por eso es que nos dicen los maniseros, porque en ningún momento les hablábamos a las señoras de lo que verdaderamente estábamos haciendo.”

Algo que demuestra el tremendo riesgo a que estuvieron expuestos los internacionalistas cubanos es que, como reveló posteriormente Fidel, las fuerzas sudafricanas estaban equipadas con armas atómicas.

La agresión enemiga pudo ser detenida en el norte y el sur a finales de noviembre, los imperialistas fracasaron en su intento de desmembrar a Angola y frustrar su independencia. Fue una victoria de las fuerzas armadas cubanas y angolanas.

En marzo de 1977 el Comandante en Jefe pudo visitar ese país hermano.En esa ocasión pronunció un discurso en un acto celebrado en la Plaza Primero de Mayo en Luanda, donde expresó:  “Los imperialistas además sabían que estábamos unidos por la ideología, pero ahora saben que no estamos tan separados por la geografía. Y cuando los racistas sudafricanos invadieron Angola desde Namibia, pensaron que los amigos de Angola estaban muy lejos, que estaban muy separados geográficamente. Pero ahora saben que el hombre revolucionario, hermanado en la ideología, es capaz también de vencer la distancia”

La batalla por Angola no había terminado. En 1987 se produjo una nueva ofensiva militar contra el país por parte de Sudáfrica. Una vez más Cuba  acudió en ayuda del pueblo agredido. En jornadas de más de 20 horas, Fidel personalmente dirigió las acciones desde el Estado Mayor General del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

Como subrayó el propio Fidel, la contundente victoria en Cuito Cuanavale — pequeño poblado de la provincia de Cubango a 825 kilómetros al sureste de Luanda—y sobre todo el avance fulminante de la potente agrupación de tropas cubanas en el suroeste de Angola `pusieron punto final a la agresión militar extranjera. El enemigo tuvo que tragarse su prepotencia y sentarse a la mesa de negociaciones.

En total  377 mil 033 hijos de esta tierra combatieron por ese pueblo durante casi 16 años y 2077 no sobrevivieron para disfrutar del triunfo definitivo.  Durante todo ese tiempo brindaron su aporte solidario en labores civiles otros 50 mil cubanos.

En acto central celebrado el 27 de mayo de 1991, el General de Ejército Raúl Castro Ruz dio por concluida la Operación Carlota. Ella contribuyó no solo a vencer la invasión sudafricana en Angola y a preservar la autodeterminación de ese pueblo, sino también a la independencia de Namibia y a socavar las bases del oprobioso sistema del apartheid.

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