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Historias después de Ian: Daniel, casado con azúcar

Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

Pinar del Río.- Habla con pasión, como si fueran las 8 de la mañana y no casi las 10 de la noche. No se nota cansado, a pesar de los más de 20 días que lleva alejado de la casa y la inmensa tarea que tiene arriba. Quizás sea por el ímpetu de su edad (27 años) o por la responsabilidad de la tarea (es el jefe de todo el personal de Azcuba que ayuda en la recuperación a esta provincia). Daniel Silva Junco tiene mucho que contar. Se casó con su esposa el pasado jueves 13 de octubre y ¿la luna de miel? Bien… esperando.

Habla con las palabras precisas, como si el ingeniero agrícola actual recordara los años de Presidente de la FEU en el Instituto Superior de Ciencias Agrícolas (ISCA). Es actualmente el cuadro más joven del grupo Azcuba porque desde hace unos meses es jefe de Transporte Nacional. Descubro rápidamente que su acento es bien capitalino, de la mismísima Habana Vieja y es entonces que entre preguntas y respuestas sale su testimonio, uno más de los tantos que hace admirar la labor de recuperación que se hace en esta provincia.

“Mi papá es de Bahía Honda, pero nunca vine por aquí. No conozco esa familia. Siempre me ha gustado el campo. Y mira cuándo fue que me tocó conocerla. Tenía la intención de estudiar ingeniería mecánica, pero no pude y cogí ingeniería agrícola. Empecé el primer año y me encantó la carrera. Convalidé todas las asignaturas y terminé con 5. Podía haberme cambiado, pero ya estaba flechado…

“Aquí tenemos 209 hombres (se refiere a los que están trabajando desde la tarde noche del pasado 27 de septiembre) y 64 que se incorporaron ahora para preparar tierras en la provincia y sembrar cultivos, no caña. Saliendo el ciclón por el norte con sus últimas ráfagas de viento ya teníamos aquí brigadas de Guantánamo, Santiago de Cuba, Granma, Ciego de Ávila. Nosotros teníamos un puesto de mando formado desde la fase informativa por el huracán IAN que previó y coordinó con los diferentes territorios previamente…

“Es mi primera experiencia en tareas de este tipo. Mi secreto a la hora de dirigir es que me gano a las personas porque no trato de no mandarlos sino de liderarlos. Les digo: Vamos a hacer. Y me sumo como uno más. Contamos con camiones y alzadores. Ya limpiamos La Coloma con los guantanameros y santiagueros. Cuando llegamos nos instalamos en todos los municipios…

“Cuando llegué nunca había visto un desastre como este. No había poste, ni casa de tabaco ni una mata en pie. Le fuimos para arriba, a medida que se iban incorporando. La satisfacción que tenemos en este pueblo de Pinar es que nos reconoce. Una señora dijo el segundo día de trabajo: ¿de dónde son ustedes? Le contestamos. Y gritó: ¡Llegaron los guantanameros, ahora sí se limpió Pinar del Río!…

“Nosotros fijamos la fecha terminada para el 23, aunque con dos días más de reserva hasta el 25. Hay que hacer un esfuerzo grande. Estos trabajadores no le tienen miedo a nada. Me dicen: “vinimos aquí con un propósito y lo vamos a cumplir: que es limpiar la ciudad de pinar del Rio”. Y hay que hacerlo porque la zafra comienza el 15 de noviembre…

 

Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

 

“La familia me la están atendiendo bien. Tengo una mujer de 27 años y un niño de 1 año y medio. Vivo ahora en Luyanó y allá estuvieron sin luz tres días. Lo más gracioso es que teníamos turno para casarnos el 13 de octubre. Pedí permiso. Me fui ese día, nos casamos en la tarde. El viernes descansé en casa y el sábado ya estaba aquí. Ya habrá tiempo para la luna de miel…”

Daniel Silva habla siempre con pasión y palabras precisas. Nos enseña la pizarra con todo lo hecho por las brigadas bajo su mando. Advierto que ser joven es sinónimo de meterle el pecho a las tareas más duras como hicieron nuestros padres y abuelos. Y salgo rápido a escribir, convencido que cuando IAN sea historia pasada, Daniel tendrá para hacer un libro, cuyo título provisional pudiera ser: Casado con azúcar.

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