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Nuevos diseños de uniformes escolares desde confecciones Artemisa (+ Fotos)

Pertenecientes a la Unidad Empresarial de Base (UEB) Confecciones Ariguanabo, en la provincia de Artemisa, el taller 114 Julito Díaz, cumplen con la producción de blusas para la enseñanza Primaria, además de camisas y sayas para alumnos de Secundaria Básica, según los nuevos diseños aprobados para el venidero curso escolar.

A pesar de las afectaciones con la COVID Textil 114 aspira a cumplir en este mes de enero con el encargo estatal. Foto: Yudaisis Moreno Benítez

 

La calidad de las nuevas prendas para los escolares es premisa en el plan de producción. Foto: Yudaisis Moreno Benítez

 

En este taller reciben el tejido y completan todo el proceso productivo hasta entregar las prendas listas para la venta. Foto: Yudaisis Moreno Benítez

Una veintena de trabajadores, organizadas en una brigada y ajustadas al horario de nueve horas diarias de lunes a jueves y ocho horas cada viernes, cumplen con todos los pasos, desde recibir los tejidos, el trazado de la plantilla y el corte de las telas hasta la confección de las prensas colegiales y su envasado, incluso con la etiqueta lista para la venta a la población.

Así lo aseguró Anabel Torres Pérez, jefa del 114, quien explicó que el nuevo diseño mantiene el color blanco de poliéster en blusas y camisas, pero con diferencias en los cuellos, además de mangas con una bota y un nuevo modelo de bolsillo que incluye una tapa y un ojal para usar el distintivo, lo cual varía según la enseñanza.

Uno de las tareas más engorrosas y con una norma muy alta consiste en el hacer ojales y abotonar las prendas. Foto: Yudaisis Moreno Benítez

 

Las mujeres en su mayoría, integran la brigada que se dedica a confeccionar los nuevos diseños. Foto: Yudaisis Moreno Benítez

La fábrica, ubicada en la ciudad cabecera, ya ha entregado a Almacenes Universales más de 11 400 blusas para niñas de la educación Primaria, con tallas desde la cuatro hasta la 30, y en estos primeros meses de 2022 trabajan en el encargo de 8 400 camisas para la enseñanza media, con tamaños tan pequeños como la SS hasta la XXXL, el mayor, amplió la jefa de la entidad.

Mientras, trabajan continuamente en completar las 4 000 sayas previstas en el plan, tarea que ha sido engorrosa, sobre todo porque precisan de cinco ojales e igual cantidad de botones, con una norma diaria de unas 580 prendas, explicó una de las obreras, Yilian León Oseguera, que con más de 10 años en el taller, considera muy alto ese estándar.

“De ahí que para lograr equiparar el salario, que nunca sobrepasa los 2 500 pesos, también comparto mi jornada laboral en otra operación como el corte de hilo”, explicó, en tanto, muchos de los trabajadores indirectos se suman al etiquetado, que incluye los precios de venta a la población y el envasado de la producción terminada.

El colectivo que, a pesar del impacto de la COVID, los bajos salarios, las ausencias de capacitación a nuevas costureras y las dificultades con la absoluta tecnología tiene una decena de plazas vacantes, está comprometido, según Ángela Luisa Guiñón, secretaria sindical, a cumplir con la confección de los uniformes previstos, y en saludo al Primero de Marzo, su día, entregar el compromiso del Aporte a la Patria, ascendente a unos 600 pesos.

Así como el Julito Díaz, también confeccionan uniformes con los nuevos diseños los talleres Mártires del 30 de noviembre, en Cabañas, Mariel, más Abel Santa María y Roberto Tamallo, ambos en San Antonio de los Baños, y pueden incorporarse otros de la provincia siempre que sea necesario, señaló Idania Guía Duarte, jefa de producción de la UEB Ariguanabo.

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