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¿Disponible yo?

“¿Disponible yo?”, preguntó con cara de asombro Manuel Fernández, trabajador del Coppelia Prado, de la ciudad de Cienfuegos. Y afirmó: “Pero si llevo 25 años aquí y he sido cumplidor, disciplinado, respetuoso…, y me falta poco para jubilarme”. Quien le dio la infaus­ta noticia solo se encogió de hom­bros. “Pues voy a reclamar”, apun­tó Manuel.

El sector del Comercio, la Gastronomía y los Servicios en Cienfuegos es de los que más procesos de disponibilidad ha realizado. Foto: Juan Carlos Dorado

Los procesos de interrupción y disponibilidad laboral, provo­cados fundamentalmente por la dura situación económica que afronta el país, la cual dificulta la adquisición de recursos y ma­terias primas, siempre resultan traumáticos porque no solo queda afectada la persona, sino también su familia, máxime en momentos donde los precios andan galopan­tes y el poder adquisitivo del di­nero se reduce cada vez más, sin que aún pueda verse la luz al final del túnel.

Si a eso se le suma que no todo es ejecutado con el rigor necesario y las administraciones violan pa­sos y orientaciones, y no tienen en cuenta o han dejado de realizar la evaluación periódica del desempe­ño, y además, la dirección sindi­cal se desentiende o despreocupa en demasía, el asunto se hace más complejo aún.

Las consideraciones al respec­to son múltiples y diversas. Vale la pena tenerlas en cuenta para po­der hacer un razonamiento lo más adecuado posible. Con estas líneas Trabajadores buscó un acerca­miento periodístico a tan compli­cado tema.

 

Garante

El objetivo número 8 del XXI Con­greso de la CTC plantea: “Prestar especial atención al tratamiento de las interrupciones laborales y exi­gir la reubicación de los trabajado­res afectados”.

¿Se cumple ese propósito?

Carlos Rafael Quintero Cabrera, secretario general del buró sindical de la Empresa Termoeléctrica Car­los Manuel de Céspedes y miembro del Secretariado Provincial de la CTC, consideró: “Cuando se llega al órgano de justicia laboral algo se hizo mal anteriormente. Hoy es ex­traordinario para cualquier familia que uno de sus integrantes quede interrupto o disponible. El sindicato no puede estar ‘fuera de frecuencia’. Hay que preguntarse: ¿pueden evi­tarse los errores? Deben analizarse con profundidad las posibilidades. En fin, hay que conocer con exacti­tud lo establecido para evitar pro­blemas”.

Esperanza Suárez Argudín, miembro del Secretariado de la CTC en esta provincia, señaló: “Al sindi­cato le corresponde estar al tanto del proceso e influir. Existen entidades que han accionado de manera co­rrecta, pero otras no”.

Las deficiencias principales en el desarrollo de los procesos han sido: defectuosa planificación, or­ganización y control; falta de capa­citación de los comités de expertos; expedientes laborales desactua­lizados; deficiente o nula calidad de las evaluaciones del desempeño, lo que impide contar con la infor­mación adecuada para proponer a los más idóneos, e inadecuada in­formación a los integrantes de los colectivos, lo que propicia la des­motivación y el malestar.

 

Sentir confianza

Mayté Yera Santana, secretaria general de la CTC en esta provin­cia, precisó: “Disponible significa quedarse sin trabajo, y eso hay que entenderlo de esa forma. Por las características de esos procesos debe fortalecerse la atención, eva­luación y exigencia por parte del sindicato, en su papel de represen­tante de los trabajadores y defen­sor de sus derechos.

“Donde se ha hecho mal es por­que ha faltado influencia y control de la dirección sindical. Los tra­bajadores tienen que sentir con­fianza en que se ha actuado ade­cuadamente. La evaluación del desempeño es una fortaleza muy importante. Es necesario preparar más a los especialistas en recursos humanos”.

En la búsqueda de otras con­sideraciones obtuvimos la de José Caballero González, subdi­rector de la Dirección Provincial de Trabajo y Seguridad Social, encargado de atender el empleo, quien expresó que el pasado año y el 2020 no son medidores exac­tos de ningún indicador, pues aquí muchos centros tuvieron que cerrar, con la consiguiente afectación a una numerosa can­tidad de trabajadores.

Manifestó que la mayor canti­dad de plazas vacantes están en el sector agrícola, pero que hay difi­cultades objetivas para que quie­nes residen en localidades urbanas se trasladen a los polos producti­vos existentes.

Los directivos deben tener cla­ro que ante la paralización de las actividades laborales el emplea­dor prioriza la reubicación de los trabajadores en otras actividades, dentro o fuera de la entidad, in­cluidas las que se determinen por necesidad del territorio.

Roberto Betharte Mazorra, jefe del Departamento de Asun­tos Laborales y Sociales de la CTC, consideró que es elevado el número de trabajadores inte­rruptos y disponibles en los sec­tores primarios de la economía, como el industrial, la construc­ción, energía y minas; turismo, producción azucarera…, y seña­ló que en algunos casos se violan los derechos de los trabajadores y no se tiene en cuenta la Carta Circular número 15 y la modifi­cación del artículo 78 del Regla­mento del Código de Trabajo.

“A veces se declara una cantidad superior a la necesaria”, apuntó.

Como puede apreciarse, la ejecución de los procesos de inte­rrupción o disponibilidad laboral tienen muchas aristas de influen­cia, por un lado, y por otro, no siempre el sindicato desempeña el papel que le corresponde, lo cual agudiza los problemas. Por tanto, debe dársele, por todos los ele­mentos actuantes, la mayor aten­ción al tema para evitar errores, como se hizo de manera acertada en reunión ordinaria del Secreta­riado Ejecutivo del Comité Pro­vincial de la CTC, la cual aportó en Cienfuegos ideas valiosas y úti­les para estas líneas.

Y la historia inicial tiene su conclusión: el trabajador Manuel Fernández apeló al órgano de jus­ticia laboral y posteriormente a la Sala de lo Laboral del Tribunal Municipal. Y dieron Con Lugar su reclamación.

A buen entendedor, con ese ejemplo basta.

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