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LA GUAGUA: Contradicciones sindicales constructivas

Por supuesto que los actuales dirigentes sindicales cubanos tienen contradicciones con las administraciones, pero también existe unidad entre ambos, lo cual no significa que siempre estén de acuerdo en la manera de hacer.

Desde el primero de enero de 1959 el movimiento obrero no tiene que hacer demandas como se le presentan a los capitalistas que se apropian de la mayor parte de las riquezas y disponen de todos los mecanismos para no poner su dinero en función de la sociedad.

Por eso, conceptos como defender los derechos del trabajador han cambiado sustancialmente, y están claros, como en lo expresado por el secretario general de la CTC Ulises Guilarte De Nacimiento:

El Sindicato solo podrá representar, movilizar, explicar, negociar con la administración si sabe, si conoce, si estudia para cumplir óptimamente con sus misiones y sea creíble.

 

 

No hay contradicciones de clases sociales antagónicas, por lo cual al buscar un desempeño eficaz del sistema empresarial como se expresa en el Decreto Ley 34, la situación se presenta como dijo Osmar Ramírez Ramírez, secretario general del Comité Provincial de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en Matanzas:

Lo primero fue la preparación de los dirigentes sindicales con las normas jurídicas, para llevar a la negociación colectiva las medidas del fortalecimiento de la empresa estatal socialista (EES), el reglamento disciplinario, el de la distribución de utilidades y la evaluación de las condiciones de trabajo, algo que evidentemente no se logró concretar bien en todos los lugares.

Yariel Cruz Gavilán, integrante del secretariado provincial de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en Pinar del Río dijo:

El sindicato no puede limitarse a la convocatoria y se impone hacer análisis profundos, especialmente en aquellos centros que definen por el rol que desempeñan a nivel local, territorial y nacional, es una manera de contribuir a que paulatinamente se incrementen los bienes y servicios que recibe la sociedad.

 

Odalis Batista Pérez, secretaria general de la Central de Trabajadores de Cuba en Las Tunas dijo:

Este será otro año de innumerables desafíos por la amenaza real que significan el recrudecimiento del bloqueo impuesto a Cuba por sucesivas administraciones norteamericanas y la nueva oleada de la Covid-19 que impacta al país y que aquí se hace sentir con singular crudeza.

A pesar de la compleja situación en el orden económico y epidemiológico la nación confía en que su clase trabajadora sabrá enfrentar los retos y no desmayará hasta alcanzar los objetivos propuestos de aumentar los renglones exportables y reducir las importaciones por su impacto en la recuperación económica esperada, sentenció.

Pero, advirtió:

Esos imponderables requieren de dirigentes sindicales más preparados y capaces de organizar, representar y movilizar a los trabajadores, por lo que consideró imprescindible continuar perfeccionando las acciones de capacitación y que sus resultados se reflejen en el funcionamiento orgánico y en la revitalización de las asambleas de afiliados, ese espacio vital para el diálogo y la proyección estratégica de los planes.

 

Hay quienes confunden el término defender, y creen o quieren creer que el sindicato debe respaldar al incumplidor, cuando realmente de lo que se trata es de lograr alta productividad, y al movimiento obrero le corresponde lo que dice Idalmis Serrano Gómez, máxima dirigente sindical de la provincia de Holguín:

Hay que darle prioridad al fenómeno de improductividad mostrado por varias entidades, y para ello se requiere que los dirigentes sindicales y demás factores competentes revisen desde el interior de cada centro las razones que propician tales resultados e implementen alternativas para revertirlos, a sabiendas que existen muchos factores objetivos, entre ellos el bloqueo estadounidense y los estragos de la COVID-19.

Existen 63 medidas para el sector agropecuario (43 benefician directamente al sistema empresarial); y otras 93 están destinadas al sector azucarero; sin embargo, aun cuando muchas de ellas permiten mayor autonomía en la base, hay todavía quienes esperan a que le digan qué hacer, por lo que las transformaciones no se llevan a vías de hecho. Al respecto, al sindicato también le corresponde su parte:

Esas son cuestiones esenciales en las que el sindicato debe actuar”, dijo, y enfatizó que “no se pueden seguir haciendo análisis generales, sino que debe irse a las particularidades de cada centro para que en realidad la economía se dinamice.

 

En resumen: Están muy claros los conceptos, y si hay alguna contradicción, es constructiva y conduce al desarrollo y a la unidad, como la que se aprecia en las palabras expresadas por los dirigentes sindicales citados, que se refieren a cómo los trabajadores deben participar para que los administrativos cumplan lo estipulado para aumentar la producción y la productividad.

 

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En una reunión con trabajadores de la Cooperativa de Ómnibus Aliados en La Habana, el 30 de marzo de 1959, Fidel dijo: «Ustedes saben que uno de los lugares donde más se discute de política, de revolución, de economía y de todo, es en el ómnibus, ¿no? Es como una plaza pública el ómnibus, es como una mesa redonda; un ómnibus es como una mesa redonda permanente, donde todo el que sube opina. (…) a veces pregunto qué se habla en los ómnibus, para enterarme de cómo andan las cosas.»
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