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LA GUAGUA: ¿Precios? Sí: ¡Precios! ¿Otra vez? ¡Y siempre!

Imposible no ir este domingo por la ruta del tema precios cuando en estos momentos cualquier asunto debe tenerlo en cuenta porque domina un ámbito tan amplio que escasamente quede alguna decisión en la cual no influya.

Tal y como afirmó hace unos días el colega Gabino Manguela:

Aunque fue quizás el elemento más reiterado en momentos de explicación de las interioridades de la Tarea Ordenamiento, la necesidad de evitar la subida de precios constituye hoy “pan bien caliente” para la sociedad, si nos referimos a productos agrícolas, industriales, caseros, de bolsa negra, de reventa, etc., que es decir casi todo lo que se comercializa en el país.

Para llegar al tan esperado día cero, primero de enero de 2020 para comenzar la Tarea Ordenamiento hubo que emprender un número difícil de imaginar en cuanto a cantidad y diversidad de acciones que incluyeron un complicado ejercicio de prever que sucedería ante cada medida para adoptar adecuaciones. Sin embargo, como valoró Gabino Manguela:

Luego de la alegría inicial por el aumento salarial, lamentablemente, y por más de una razón, lo que más duele hoy a la población es el inusitado incremento de precios, al punto de haberse generalizado el negativo criterio de que la vida era mejor antes que ahora.

 

Tanto en nuestros espacios de Comentarios Digitales como en las redes sociales, abundan las opiniones, donde cada cual es especialista y profundo conocer de su propia situación, y por tanto, es quien mejor puede definir la solución ideal que necesita específicamente para resolver su problema particular.

También hay expresiones que pueden llegar a la irrespetuosidad, y se comprende. No obstante, predominan quienes proyectan su preocupación con un alcance nacional y emiten juicios para adoptar medidas de beneficio general.
Salvo muy raras excepciones, en todos los comentarios digitales y post se nota optimismo, confianza en que también este peliagudo asunto será resuelto. Veamos:

Mario Pedroso dice:

Algo que me llama la atención sobre mis experiencias vividas es que lo que se produce tiene una ficha de costo, el que produce tiene que obtener ganancias para reproducirse e incrementar la producción futura, la economía es una ciencia exacta.

En mi experiencia vivida incluso en países capitalistas y no es en todos los casos tan así que cada cual pone los precios que les da su deseo, el Estado también interviene, porque esto le trae también serios problemas con el pueblo.

También hay que tener en cuenta la característica del cubano, que la inventa en el aire como decimos y la realidad es que hoy unos producimos para que otros compren y nos revendan lo mismo que producimos al precio que les de su deseo, así pasa con todo, tengo MLC compro y revendo y si son cadenas de revendedores y cada uno quiere obtener ganancias, se siguen incrementando los precios hasta lo incalculable. Hay que llamar al orden y la indisciplina.
Si yo puedo vender un ají en 10 pesos, un tomate en 30, no estoy obligado a producir más, a no ser que me quiera convertir en multimillonario. Este problema de los precios exige entrarle con la manga al codo, como decimos los cubanos y no podemos dejarlo ni al libre mercado, ni a la liberación de precios.

Tavel dice:

Sencillo. Cárcel a los especuladores y sentencias ejemplares, En menos de un año se acaba la especulación para siempre. la ganancia de ningún vendedor debe ser mayor al 25%, después de costos en productos agrícolas, elaborados y/o manufacturados

Yuya dice:

Lo que se debe hacer es buscar soluciones, para que el pueblo no se vea afectado, pues una familia con un salario se 4000.00 pesos no resuelve el problema del hogar, solucionar precios fijos, para que la población pueda adquirirlo

Yariel dice:

Cuando se implantó la tarea Ordenamiento se hizo hincapié por los ponentes en cada intervención que no se permitirían los precios abusivos y especulativos. Después de un tiempo regulando varios precios se planteó que como fórmula para incrementar las producciones de alimentos (para hablar de estos imprescindibles productos) se liberan los precios y todas las formas de comercialización. Entonces, en ese momento cabe la pregunta: ¿Por qué abandonar la palabra empeñada de no permitir precios abusivos y especulativos? Evidentemente esto tiene un alto costo para los bolsillos del pueblo pero también para su confianza.

JRTC dice:

El caso es mas grave de lo q realmente se puede ver a simple vista si no se hace algo rápido es posible que luego sea muy tarde

EUJ dice:

La realidad es que fueron las empresas estatales las que abrieron el juego de los precios inflados y sobre ellas el estado y el gobierno si tienen potestad de influir y controlar sin embargo no se hace nada ni pasa nada y quien mas lo sufre es quien trabaja para el estado y los jubilados. Hay una total insensibilidad de quienes tienen que tomarlas decisiones sobre este tema.

Fidel Pereira E dice:

Realmente no hay quien le ponga freno a esto los precios estaban inflado cuando se aplicó los nuevos salarios y dijeron los de la implementación que la inflación había que ponerlo frenos, si antes no le pusieron tampoco ahora le ponen, esa fue la conclusión que hice cuando vi la nueva política y muchas empresas estatales se han sumado a este juego y tampoco le ponen freno, todo quedó a la merced de sálvese quien pueda, ahora: vulnerables somo todos.

En resumen: Existe una demanda generalizada de soluciones al problema, pues por mucho esfuerzo, tiempo y recursos que se invierten en estudiar y decidir una medida, como afirmamos en un post en las redes sociales:

¿De qué vale complicarse tanto para darle su justo lugar al salario, si después un cualquiera (sin siquiera terminar primaria o mal estudiado) lo puede desbaratar todo con una sencillísima subida de precios?

Las Guaguas anteriores se abordan desde aquí

 

En una reunión con trabajadores de la Cooperativa de Ómnibus Aliados en La Habana, el 30 de marzo de 1959, Fidel dijo: «Ustedes saben que uno de los lugares donde más se discute de política, de revolución, de economía y de todo, es en el ómnibus, ¿no? Es como una plaza pública el ómnibus, es como una mesa redonda; un ómnibus es como una mesa redonda permanente, donde todo el que sube opina. (…) a veces pregunto qué se habla en los ómnibus, para enterarme de cómo andan las cosas.»
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