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Con Filo: Un ecosistema para el emprendimiento

Una noticia alentadora que trascendió a mediados de esta semana fue la presentación de la Financiera de Microcréditos, nueva entidad que a partir del mes próximo prestará moneda libremente convertible y pesos cubanos a las micro, pequeñas y medianas empresas, las llamadas mipymes, así como a las cooperativas no agropecuarias y los trabajadores por cuenta propia de toda Cuba.

Ilustración: Martirena

Esta respuesta de la banca para brindar servicios financieros especializados a los nuevos actores económicos, es un excelente ejemplo de lo que podríamos llamar el mejoramiento del ecosistema empresarial del país.

La idea es facilitarles a esos negocios pequeñas cantidades de capital que permiten dinamizar su gestión, con un ágil retorno del dinero prestado, para impulsar producciones y servicios ya contratadas con destino a la exportación, la zona especial de desarrollo del Mariel y la venta en tiendas en MLC.

Soluciones como estas son muy necesarias para que los emprendimientos de las mipymes, las cooperativas y hasta el trabajo por cuenta propia, tengan mayores posibilidades de éxito.

En particular, resulta muy significativo el hecho de que en medio de las actuales severas restricciones para la disponibilidad de divisas por parte de una economía bloqueada e impactada por la Covid-19,

se hallen fórmulas de este tipo para comenzar a romper el círculo vicioso de la escasez de financiamiento como causa de la improductividad.

Por supuesto que a tales facilidades hay que darles un estricto seguimiento y dotarlas de mecanismos propios para garantizar su efectividad, como son las condicionantes de que tales microcréditos en MLC por el momento solo podrán otorgarse para compras mayoristas en plaza, o sea, que no haya que salir a importarlas, o que luego de aprobado su otorgamiento, los pagos se realicen directamente a las entidades autorizadas por la misma Financiera.

El propósito, según las autoridades bancarias, es materializar un proyecto de financiamiento que funcione bien y reproduzca con agilidad sus fondos, para que su incremento progresivo permita escalar sus operaciones crediticias.

La medida podría parecer una gota en un océano de necesidades, pero apunta en la dirección correcta de no solo ofrecer oportunidades jurídicas para activar y reconocer nuevos actores económicos, sino dotarles de un entramado de relaciones inter-institucionales, encadenamientos productivos y financieros, soportes y aseguramientos colaterales que contribuyan a que en realidad puedan triunfar y concretar su aporte a toda la economía nacional.

Esa recuperación económica tan urgente para el país depende de múltiples factores y requiere de iniciativas como esta de la Financiera de Microcréditos, que puedan servir como catalizador para los procesos de creación de riquezas, en el desarrollo de una especie de medio ambiente empresarial o ecosistema del emprendimiento, que también hay que proteger y oxigenar, para que florezca la economía.

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