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La usurpación de una frase nuestra

Cuando veo a los cuatro individuos que denigrando el verdadero arte cantan contra la nación en que nacieron,  vivieron y aprovecharon para su formación las posibilidades que les daba la Revolución,  sin que nadie los molestara, no puedo dejar de pensar en un hombre cuyo color de piel era más intenso que el de ellos y no pudo realizar su anhelo de ser declamador de la poesías afrocubanas.

 

 

Se trata de Gerardo Abreu, Fontán como lo conocieron sus compañeros de lucha, nacido en un hogar muy humilde quien apenas tuvo oportunidad de estudiar porque desde temprano tuvo que trabajar para ayudar al sustento de su familia. Era una historia muy común en aquella sociedad de los años 50 del siglo pasado, que pretenden exhibir como la década dorada de la república y donde personas como él sufrían una doble discriminación: por ser un sencillo trabajador y negro.

Ante el golpe batistiano del 10 de marzo, Fontán no se refugió en lamentos ni cancioncillas nostálgicas ni siquiera en la poesía que tanto amaba. Tampoco abandonó su tierra para escapar de la represión, sino  decidió batallar aquí, por lo que fue muy perseguido en su condición de respetado y audaz jefe clandestino de las brigadas  nacionales del 26 de Julio en la capital.  Y fue identificado por los esbirros del sanguinario Esteban Ventura Novo y asesinado brutalmente después de atroces torturas sin que de sus labios saliera una palabra que delatara a sus compañeros.

Y  en aquella sociedad que Estados Unidos apoyaba y que se jactaba de ser democrática, apareció el cuerpo sin vida de Fontán, paradójicamente  al lado del edificio de los Tribunales de Justicia, con 15 perforaciones de armas de fuego, más de medio centenar de punzonazos, la lengua cortada y sus genitales destrozados.

El sí peleó por la Patria hasta la Muerte y pasó a formar parte de los numerosos mártires que entregaron sus vidas por un futuro mejor. Podría haber sido un gran artista y ganar la admiración del público pero aquel régimen sostenido por Estados Unidos truncó sus sueños cuando Fontán solo tenía 25 años.

Los cuatro artistas que interpretan en las redes sociales la melodía de marras desde Miami,- rectifico solo tres porque el cuarto es un delincuente-, alcanzaron la fama en su tierra pero prefirieron venderse al mejor postor a cambio de traicionar a los suyos. ¿Luchadores? ¿Por qué causa? ¿Por la causa de la anexión al imperio que siempre ha querido tener bajo sus alas de águila a la Mayor de las Antillas? Eso sí, y por eso entre ellos hay quien clama por fuego contra su país y una invasión armada de Estados Unidos que es sinónimo de muerte y destrucción. ¿Dónde está entonces la lógica de esa frase de Patria y Vida?  No pueden engañar al pueblo cubano.

Por cierto en su intento por captar la atención no han sido nada originales. Alguien debería recordarles que, exactamente el 23 de diciembre de 1999, Fidel Castro dijo a los niños en una de las marchas por el regreso a Cuba del niño Elián González: “Voy a usar una frase, no definitiva, porque nosotros no debemos renunciar a la idea de Patria o Muerte, ni a la idea de Socialismo o Muerte. Voy a decir como dijo una joven diputada en la Asamblea Nacional: ¡Patria y Vida!”

El mundo sabe que Cuba es fuente de vida y ello es posible porque muchos hombres como Fontán dieron su vida por liberar  la Patria de quienes la mantenían sojuzgada al poderoso vecino del Norte. Muchos leales a su ejemplo, han continuado su obra hasta hoy hasta transformar este pequeño archipiélago en un gigante moral que ha soportado todo tipo de presiones sin doblegarse.

Los cuatro solo merecen  desprecio sino además el recordatorio de una antigua frase: Roma no paga a traidores, utilizada para señalar que la traición no es pagada ni por quienes la propician. En este caso la diferencia radica en que la Roma americana sí paga y una buena suma, pero no por mucho tiempo, porque cuando sus peones ya no causan el efecto esperado los renuevan.  Muchos golpes blandos ensayados por Washington en diversas partes del mundo fueron apoyados por cantores y melodías que alcanzaron renombre por las cuantiosas sumas que se destinaron para pomocionarlos. ¿Dónde están ahora estos “artistas”? Sin dudas en el basurero de la historia. Tal vez estas ·”figuras” de hoy corran la misma suerte.

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