Icono del sitio Trabajadores

Con Filo: El roce hoy no hace el cariño

Este fin de semana que comienza será muy particular en relación con fecha similar de años anteriores. La tradicional celebración del Día del Amor y la Amistad cada 14 de febrero tropieza en esta oportunidad con una coyuntura epidemiológica inédita, donde el enfrentamiento a la Covid-19 debe hacernos combinar esos profundos afectos con el cuidado de la salud propia y de los seres más queridos.

 

Con un grupo significativo de territorios donde el actual rebrote del nuevo coronavirus conllevó un retroceso a fases precedentes, incluyendo no pocos que presentan trasmisión autóctona limitada de la enfermedad, el llamado es a mantener las estrictas medidas de distanciamiento físico, y evitar por todos los medios las proximidades excesivas, aglomeraciones y cualquier tipo de festejo.

Es duro, sin dudas, porque son jornadas donde las parejas suelen salir de paseo, reunirse con amistades o familiares a quienes se ama y estima.

Sin embargo, en esta oportunidad el amor tendrá que ser más fuerte que la costumbre, porque la muestra mayor de entrega y dedicación que podremos brindar es cumplir con las recomendaciones médicas para evitar cualquier posibilidad de contagio con el SARS-Cov-2.

Tanto en Cuba como en otras latitudes ya hay evidencias del peligro que representan este tipo de conmemoraciones tradicionales en las actuales circunstancias.

Las festividades de fin e inicio de año, junto con otros factores, apuntan como causas de los fuertes repuntes que en muchos sitios tuvo ya la Covid-19.

No deberíamos permitir que sentimientos tan bellos y entrañables como los que nos hacen evocar el 14 de febrero se tradujeran en otra oportunidad para exponernos al virus, y convertir en desgracia dentro de pocos días lo que todos quisiéramos que fuera una demostración de aprecio y pasión.

Alternativas para felicitar y plasmar esa entrega amorosa o cariño no tienen por qué faltar, sin el riesgo que conlleva infringir los cuidados imprescindibles a que nos obliga hoy la pandemia.

Tal vez este año haya que recurrir más a los mensajes por vías electrónicas, las llamadas telefónicas u otras iniciativas que permitan dar ese testimonio de cercanía espiritual de forma más segura.

Asumamos como un reto personal esa búsqueda de nuevas opciones que nos permitan probar ese amor y amistad en las actuales condiciones, sin traspasar los límites que nos impone el cuidado de la salud y de la vida.

Quizás así, poniendo en juego esa creatividad, podamos lograr que este sea otro de los instantes imperecederos que nos quede de esta época tan extraña, cuando dentro de un tiempo ya la Covid-19 no sea más que un mal recuerdo, y podamos celebrar el Día del Amor y la Amistad con toda la cercanía corporal que la fecha merece.

Por el momento, protejámonos con toda la precaución amorosa del mundo, sin olvidar que a diferencia de lo que decía aquel viejo refrán, ahora -con la Covid-19- el roce ya no hace el cariño.

Compartir...
Salir de la versión móvil