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Aniversario 82 de la CTC: Más que nunca necesitamos a Martí

“Un día como este, en que se cumple un aniversario más de su nacimiento, podemos decirle a Martí que hoy más que nunca necesitamos de sus pensamientos, que hoy más que nunca necesitamos de sus ideas, que hoy más que nunca necesitamos de sus virtudes”. Fueron palabras de Fidel en el XVI Congreso de la CTC, cuya clausura coincidió con el 28 de enero, fecha también de fundación de la central sindical, nacida en 1939 bajo la inspiración de la prédica unitaria del Maestro.

 

Al Comandante en Jefe le impresionó que todos los delegados al XVI Congreso de la CTC vistieran uniforme miliciano.

 

El espíritu de combate que nos inculcó el Apóstol estuvo presente en aquella histórica jornada del año 1990, en la que el Coman­dante en Jefe se emocionó cuando al entrar a la presi­dencia del teatro Karl Marx contempló en el plenario a los más de 2 mil delegados luciendo el uniforme mili­ciano.

[note note_color=»#1c58d6″ text_color=»#ffffff»] Puede leer más sobre el XVI Congreso de la CTC a través de una entrevista realizada a Pedro Ross por la periodista Alina Martínez[/note]

Con este gesto se evi­denciaba la decisión de los trabajadores, a través de sus representantes elegidos de­mocráticamente, de enfrentar todas las situaciones adver­sas que pudieran aparecer en el futuro inmediato, si fuera preciso con las armas.

Y es que se trataba de un congreso que se efectuaba en condiciones excepcionales en uno de los momentos más in­ciertos y problemáticos en el terreno internacional vivido hasta ese entonces por la Re­volución. Ya en julio del año anterior Fidel había señala­do respecto a lo que estaba ocurriendo en la Unión So­viética:

“Si mañana o cual­quier día nos despertáramos con la noticia de que se ha creado una gran contienda civil en la URSS, o, que in­cluso, que nos despertára­mos con la noticia de que la URSS se desintegró, cosa que esperamos que no ocurra jamás, ¡aún en esas circuns­tancias Cuba y la Revolución cubana seguirían luchando y seguirían resistiendo!”.

Cuando transcurridos los meses de aquella premo­nición el derrumbe del lla­mado socialismo real era un proceso en marcha, con las funestas secuelas que ello traería para Cuba, resaltó que el evento sindical trans­piraba patriotismo por todos los poros, decisión y voluntad de lucha y unidad, algo por lo que había abogado ince­santemente el Héroe de Dos Ríos, quien señaló que los cu­banos debían marchar juntos en voluntad y pensamiento para alcanzar su indepen­dencia.

En su medular interven­ción Fidel calificó de extraor­dinaria la visión de Martí cuando en vísperas de su muerte, en instantes en que el imperio era mucho menos poderoso, escribió que todo lo que había hecho y haría era “impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América”; “Hoy —subrayó el Coman­dante en Jefe—, esa es una realidad mayor que nunca, porque Cuba no solo dejó de ser una posesión yanqui, sino que se convirtió en un ba­luarte contra el dominio y la expansión del imperialismo yanqui. Eso que fue verdad hace casi un siglo, es diez ve­ces, veinte veces, treinta ve­ces más verdadero hoy día”.

 

Fidel en el XVI Congreso de la CTC, a su lado se encuentra José Ramón Machado Ventura, miembro del Buró Político del PCC y Pedro Ross, secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba. Foto: Archivo Periódico Trabajadores

 

La liquidación de la Re­volución cubana, recalcó, con­vertiría a Estados Unidos en una potencia incontenible en este hemisferio, el dominio imperialista se multiplicaría, la euforia y la arrogancia se harían infinitas. Y señaló que le había tocado a Cuba ser la primera trinchera de los inte­reses de América Latina y del Tercer Mundo, y de los valores revolucionarios y morales.

Fue en medio del Con­greso que el líder de la Re­volución hizo pública la con­cepción de período especial en tiempo de paz y ante los enormes escollos que se avi­zoraban llamó no solo a en­frentar las dificultades, sino además a no renunciar al de­sarrollo. Habló con visión de futuro de los programas es­tratégicos que no se podían detener, como el alimenta­rio, la voluntad hidráulica, la producción de petróleo, el desarrollo de la industria farmacéutica y de la biotec­nología, el turismo y otros.

Válido es para estos tiempos el espíritu con que —dijo— debían salir los de­legados del Congreso: consa­grarse a la defensa y al tra­bajo, a enfrentar problemas y resolverlos, los de ahora y los por venir; aprovechar mejor cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo.

La historia como inspi­ración de las victorias alcan­zadas y acicate para afrontar los desafíos estuvo presente cuando indicó que la volun­tad de Baraguá, el espíritu de no rendirse jamás y no desfallecer en la lucha fue­ron los que hicieron posible la Revolución y el socialismo.

Ante una coyuntura tan compleja y las duras pruebas que se vislumbra­ban para los trabajadores y el pueblo, afirmó que más que nunca levantaríamos el nombre de Martí, de Ma­ceo, de Céspedes, de Agra­monte y de toda la inter­minable legión de héroes de nuestra independencia, y alentó a la búsqueda del infinito caudal de ideas revolucionarias del pensa­miento martiano, que hoy como siempre seguimos ne­cesitando.

 

 

[box title=»¿Cómo y cuándo se fundó la CTC?» box_color=»#ca180e» title_color=»#ffffff»]

 

Compartimos con nuestros lectores una serie de cinco artículos que abunda sobre la fundación de la Central de Trabajadores de Cuba

 

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¿Dónde sesionó el Congreso constitutivo de la CTC? ¿Quiénes participaron? ¿Qué significaba para los trabajadores cubanos poder contar con una organización sindical única?

 

Un 23 de enero, del año 1939 inició sus sesiones lo que se convertiría en Congreso constitutivo de la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC) , cuya celebración abarcó desde esa fecha hasta el 28 de enero.

No sería justo limitar la unificación de los trabajadores a esos seis días, ya que ellos solo constituyeron el punto culminante de un proceso arduo y paciente desde la base, en diversos sectores laborales, de abnegados cuadros sindicales que desafiando la represión del régimen fueron reconstruyendo, paso a paso, el movimiento sindical que había sido destrozado por la reacción tras el fracaso de la huelga general de marzo de 1935. Leer más

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¿Cuáles fueron los asuntos contemplados en la convocatoria del Congreso que se empezaron a discutir el día 24 de enero? ¿Por qué puede considerarse que los trabajadores del país interactuaron con la cita obrera?

 

Tras la inuguración del Congreso en la noche anterior, el 24 de enero los participantes se trasladaron a la antigua sociedad El Pilar ubicada en las capitalinas calles Estévez y San Gregorio.

Allí comenzaron a abordarse la amplia gama de asuntos contenidos en la convocatoria del encuentro que fueron:  el mejoramiento y cumplimiento de la legislación social;  problemas de unidad de acción;  constitución de una organización que agrupase a todos los trabajadores de Cuba;  problemas generales de organización; medidas de interés popular y nacional;  reclamaciones especiales de auxilio de sectores discriminados (trabajadores negros, mujeres, jóvenes ); posición del proletariado ante la asamblea constituyente;  la lucha contra la guerra y el fascismo y deberes de solidaridad internacional;  fórmulas y medidas prácticas que aseguren la cultura en general y la educación del proletariado en el espíritu propio de su clase.  Leer más

 

 

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Reclamos sobre la sindicalización y la solidaridad con el pueblo español caracterizaron la jornada del 25 de enero, y al día siguiente se interrumpieron los debates para que los delegados participaran en una manifestación de protesta frente al Palacio presidencial.

 

La jornada del 25 de enero del Congreso Obrero continuó en el mismo escenario de la Sociedad El pilar, comenzó por la aprobación del dictamen de auxilio a los desocupados y se reclamó al Gobierno y a la Secretaría del Trabajo el cumplimiento de leyes beneficiosas para la clase obrera.

Especial atención se le dedicó a la necesidad de modificar la Ley de Sindicalización, en torno a la cual se hicieron diversos reclamos. Uno de ellos fue que cuando se reconociese por la Secretaría del Trabajo una organización obrera, esto estuviese acompañado de su aceptación por los patronos y las empresas ya que estas solían desconocerla aun cuando se había hecho oficial. Otra exigencia del Congreso fue se eliminara la práctica de la Secretaría del Trabajo de pedir informes a las autoridades acerca de los integrantes de la organización que reclamaba su legalización, lo que propiciaba que los patronos dieran datos falsos para impedir a los trabajadores organizarse.  Leer más

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En la sesión del día 27 los delegados aprobaron los objetivos de la organización nacional que quedó constituida, con Lázaro Peña como secretario general; se selló la alianza con el campesinado y se apoyó al congreso femenino próximo a efectuarse.

 

En esta sesión del Congreso aprobaron los objetivos de la Confederación de Trabajadores de Cuba, que fueron los siguientes:

“Propender  a la más estrecha unión de todos los que libran su subsistencia con el esfuerzo de su trabajo.

“ Laborar por la organización de aquellos sectores de trabajadores que no estén organizados”.

“Mantener el cumplimiento y  progreso de la legislación  social en nuestro país”.

“Actuar en defensa de los intereses económicos, sociales, culturales y políticos que redunden en beneficio del pueblo trabajador”.

“Estrechar las relaciones con las organizaciones obreras del continente americano y el mundo que persigan los mismos fines”.

“Combatir todo sistema de reacción o de fascismo que intente trastocar el orden democrático; condenar toda guerra de agresión o de conquista y asegurar la completa soberanía e independencia nacionales”.  Leer más 

 

 

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La clausura del Congreso constitutivo de la CTC tuvo lugar en un multitudinario acto celebrado en el estadio de la cervecería La Polar

 

La última sesión del Congreso Obrero tuvo lugar el 28 de enero.  En ella los delegados reclamaron  al gobierno cubano la reposición de todos los cesanteados tras la huelga de marzo de 1935, la convocatoria inmediata de una asamblea constituyente con la representación de delegados obreros; y se proclamó el rechazo a toda discriminación por motivo de raza, sexo, religión o nacionalidad.

En gesto solidario los delegados acordaron enviar un telegrama al presidente estadounidense D. Roosevelt con la exigencia de liberar al líder puertorriqueño Pedro Albizu Campos y los demás luchadores de esta nación encarcelados; igualmente reclamaron al gobierno de Brasil que dejara libre  al luchador  Luis Carlos Prestes.

Los presentes en la cita proletaria demandaron la expulsión del representante de Franco en Cuba; que se suprimieran las relaciones comerciales con Alemania y Japón; y que se actuara contra los espías nazifascistas que operaban en nuestro territorio.  Leer más

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