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No frenar cambio climático costará muy caro, advierte ONU

Las naciones enfrentarán costos, daños y pérdidas graves si no toman medidas urgentes para adaptarse a la nueva realidad climática que se conforma en el planeta a medida que aumentan las temperaturas y se intensifican los efectos del cambio climático.

 

El 2020 fue el año de temperaturas récord y crecientes catástrofes causadas por el cambio climático, como tormentas, inundaciones, sequías, incendios forestales y plagas de langostas (En la foto, daños causados por la tormenta tropical Amanda en El Salvador).

 

La severa advertencia fue formulada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en su Informe sobre la Brecha de Adaptación 2020, divulgado esta semana.

Adaptarse a los efectos del cambio climático significa reducir la vulnerabilidad de los países y comunidades al aumentar su capacidad para asimilarlos; constituye un pilar clave del Acuerdo de París, cuyo principal propósito es impedir que el aumento de la temperatura mundial supere los 2 grados centígrados (°C)  e incluso hacer el esfuerzo por limitar el alza a 1,5 °C.

Para alcanzar ese propósito, los signatarios  del tratado internacional deben implementar medidas de adaptación a través de planes nacionales, sistemas de información climática, alertas tempranas, acciones de protección e inversiones en un futuro verde.

El 2020 fue el año de temperaturas récord y crecientes catástrofes causadas por el cambio climático, como tormentas, inundaciones, sequías, incendios forestales y plagas de langostas. El mundo avanza hoy hacia un aumento de temperatura de al menos 3 °C este siglo, lo que  intensificará estos desastres que causan enormes daños a la humanidad, así como a los ecosistemas y a la economía mundial.

El informe asegura que las naciones han avanzado en la planificación de proyectos de adaptación; pero señala que aún existen enormes brechas en el financiamiento para los países en desarrollo y para brindar una protección real contra los impactos climáticos, y resalta la necesidad de aumentar urgentemente los fondos destinados a la adaptación y lograr un cumplimiento más rápido de los proyectos.

En este sentido, apunta que el 72 % de los países del mundo ya han adoptado al menos un instrumento de planificación de la adaptación a nivel nacional, y la mayoría de los países en desarrollo están preparando planes nacionales al respecto; pero el financiamiento para implementar estos planes no está creciendo lo suficientemente rápido.

Esto último lo confirman los 30 mil millones de dólares anuales de financiamiento público internacional destinados a la adaptación, lejos de los costos anuales de adaptación, estimados en 70 mil millones solo en los países en desarrollo, cifra que se espera alcance de 140 mil a 300 mil millones en 2030 y de 280 mil a 500 mil millones en 2050.

El PNUMA señala también que los proyectos de adaptación, aunque crecen en número, se implementan lentamente. De más de mil 700 iniciativas de adaptación estudiadas, solo el 3 % ya había informado de reducciones reales de los riesgos climáticos en las comunidades donde se ejecutan.

Foto: tomada de Imágenes de Paisajes

 

Asimismo, pone especial énfasis en hallar soluciones basadas en la naturaleza y localmente apropiadas para abordar los desafíos, como opciones de bajo costo que reducen los riesgos climáticos, a la vez que restauran y protegen los ecosistemas y la biodiversidad, y brindan beneficios a las comunidades y las economías.

Según el estudio, rebajar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) —cuya concentración en la atmósfera son la causa directa del calentamiento global—, reducirá los impactos y costos asociados al cambio climático. No superar los 2 °C, meta esencial del Acuerdo de París, podría limitar las pérdidas en el crecimiento anual hasta un 1,6 %, en comparación con el 2,2 % de la trayectoria de 3 °C.

Cabe apuntar que la Comisión Global de Adaptación estimó en el 2019 que una inversión de 1,8 billones de dólares en medidas de adaptación generaría un retorno de 7,1 billones de dólares en costos evitados y otros beneficios.

La agencia de la ONU también resalta que los países deben tener en cuenta su reciente Informe sobre Brecha de Emisiones, en el cual esa entidad pide que, tras la pandemia de la COVID-19, se haga una reconstrucción más verde que incluya contribuciones a nivel nacional contentivas de nuevos compromisos para llegar a la neutralidad de las emisiones de GEI en las próximas décadas.

El mundo también tiene la obligación y responsabilidad moral de planificar, financiar y ejecutar la forma en la que han de adaptarse al cambio climático las naciones menos responsables del calentamiento global, pero con mayor riesgo, aseguran los expertos.

“La dura verdad es que el cambio climático está sobre nosotros. Sus impactos se intensificarán y afectarán con más fuerza a los países y comunidades vulnerables, incluso si cumplimos los objetivos del Acuerdo de París de mantener el calentamiento global de este siglo muy por debajo de los 2 °C y perseguir los 1,5 °C”, aseguró Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA, al presentar el informe.

(Con información de página web del PNUMA y de Noticias ONU)

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