Icono del sitio Trabajadores

Out 27: Home plate Cuba

El béisbol merece, desde hace mucho tiempo, ser declarado Patrimonio Cultural de la Nación Cubana. Por sus relaciones con la historia, la cultura, los procesos sociales, el lenguaje; por compartir espiritualidad, emoción, unidad y entrega; por repartir valores y lograr identidad provincial y como país.

Sirvan estas líneas, dedicadas al estadio Palmar de Junco, Monumento Nacional y sede del primer juego histórico de las bolas y los strikes, como contribución al expediente que hoy se repleta de opiniones, pruebas y vida solicitadas por las autoridades que en el 2021 pueden darnos otro jonrón de cubanía

Diseño: Elsy Frómeta

“Me clavaron en esta tierra antes del 27 de diciembre de 1874. De eso estoy seguro, aunque los historiadores no se pongan de acuerdo y para muchos aquel partido entre La Habana y Matanzas, cuando me pisaron 60 veces (51-9 ganaron los citadinos), fue tan solo el primero reseñado por la prensa… Y si hablo de la prensa, buena parte de la culpa de haber entrado en el corazón de la gente la tuvo ella, con periodistas regalando preciosas reseñas para la época, en la que explicaban desde los fundamentos de este juego estadounidense hasta los pormenores organizativos de la Liga Profesional Cubana, nacida el 29 de diciembre de 1878 en los ya famosos terrenos de Tulipán de la capital… Pero nadie fijó más fuerte mi figura de pentágono en los terrenos de pelota que las fotos hechas cada vez que se paraban al lado mío uno de los grandes: Martín Dihigo, José de la Caridad Méndez, Wilfredo Sánchez, Rigoberto Rosique, Félix Isasi, Pedro Chávez, Antonio Muñoz u Omar Linares, por solo mencionar a algunos, quienes sacudían sus ganas de conectar un hit, doble, triple o jonrón con un pequeño sonido de su bate sobre mi carapacho de goma, aunque en ocasiones igual fui de caucho… Cómo olvidar la vez que un pueblo entero me elevó a la eternidad y le pidió al mismísimo Líder de la Revolución triunfante, Fidel Castro Ruz, en su primer discurso en Matanzas tras la victoria del 1ro de Enero, que no permitiera la pérdida de algo tan sagrado en un momento que varias mentes obtusas intentaban sepultarme, sin tomar en cuenta que atentaban contra la cultura de un país entero. Por suerte nada pasó y hasta Monumento Nacional fui declarado en 1991… Insisto tanto en lo de haberme clavado en el imaginario popular porque no existe música, baile, actividad física o recreativa, bebida, ropa, comida o amor más grande para un cubano que las bolas y los strikes que pasan por encima de mí, el batazo nacido también justo encima de mí y que sale en fracciones de segundo del estadio o simplemente esa anotación válida solo cuando después de pisar todas las almohadillas reposan revoltosos los pies sobre mi blanco linaje… Quizás muchos todavía piensen que exagero con eso de estar tatuado en el corazón de generaciones de cubanos. Sin embargo, ahí están los testimonios dejados por Almendares, Marianao, Cienfuegos y Habana antes de las Series Nacionales; y luego los de Industriales, Santiago de Cuba, Vegueros, Henequeneros, Villa Clara, Granma, Ciego de Ávila, así como los más de 25 títulos mundiales, tres oros olímpicos y decenas de cetros panamericanos, regionales, intercontinentales conquistados por nuestras selecciones nacionales… En todos he vivido y compartido la emoción del triunfo, cual home plate más antiguo y famoso, pues desde el terreno del Palmar de Junco nadie me supera a la hora de retratar tanta gloria pasada, presente y futura”.

Compartir...
Salir de la versión móvil