Con su flota en óptimas condiciones, disciplina y estricto cumplimiento de los protocolos higiénicos-sanitarios, Transtur Varadero se dispone a recorrer con total seguridad la temporada invernal, período de noviembre a abril donde Cuba recibe los mayores flujos de visitantes foráneos.
Esencial en el desarrollo de la industria de ocio, tanto por su papel de transportista como por su capacidad de generar experiencias turísticas, la entidad ha convertido el rigor en su mejor aliado, un pasajero que no está dispuesta a abandonar, ni siquiera en tiempos de la era pospandémica.
Esa postura de apego a las normas sanitarias es fórmula de resguardo a trabajadores y clientes, sostiene Raúl Enrique Cruz Hernández, director de la Sucursal, colectivo Vanguardia Nacional, la más alta categoría emulativa que concede la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).
En el logro de la percepción de riesgo que indica no violar ningún paso de los establecidos para conseguir un traslado sin contratiempos, mucho cuenta el intensivo proceso de capacitación recibido por choferes, técnicos, mecánicos, fregadores y otros componentes del sistema, argumenta Cruz Hernández.
“Si cada cual sabe cómo actuar, usa los medios de protección y exige a los viajeros una conducta responsable, entonces no habrá contagios de Sars Cov 2. En siete meses no los hemos tenido y esperamos mantenernos así sea”, estima.
“Se trata, considera, de llevar a feliz término cualquier misión que se nos asigne en los tiempos que están por venir, en el propósito responder eficientemente en la parte que nos toca para que el turismo comience a recuperarse”.
A pesar del cierre de las fronteras en marzo y la lógica disminución de la actividad turística, Transtur Varadero no estuvo quieto. “Asumimos el traslado de todos los trabajadores del Ministerio de la Construcción (MICONS) que participan en el proceso inversionista en el balneario y los ubicados en obras en la ciudad de Matanzas, entre otras misiones para mantener vital la producción y los servicios en meses de difícil combate contra el nuevo coronavirus.
“Una idea del cuidado con el cada cual ha desarrollado su tarea tiene que ver con el hecho de que ninguno de nuestros choferes resultara positivo a la Covid-19 en el evento de transmisión en la Empresa de Construcción y Montaje de Obras para el Turismo”.
Lo importante, dice, es no bajar la guardia. “Por eso dentro de los protocolos no hay medida menor”. Todo debe hacer bien, recalca, mientras mira hacia el área donde realizan la desinfección por dentro y por fuera de de un ómnibus acabadito de llegar a la base.
Según Cruz Hernández, a estos meses de poca demanda del transporte le sacaron provecho. Las acciones mejoraron la imagen integral de los locales, entre otras ganancias asociadas a los mantenimientos, la optimización de partes y piezas, lográndose perfeccionar el 95 por ciento del parque en un punto tal neurálgico como el de los neumáticos, significó.
Anunció como novedad la opción de pago con tarjeta magnética en los 11 bustour (prestan servicios dentro de la península de Hicacos), importante paso en el propósito de evitar contagios y propagación de la Covid-19, manifestó.
Como base unitaria, Transtur Varadero posee la mayor flota del país, parque de 441 carros cuidadosamente gestionados, tal y como lo refrenda un coeficiente de disponibilidad técnica (CDT) del 85 por ciento, indicador por encima del 81 planificado.
La estabilidad en un elemento de relevancia incuestionable como el CDT posibilita complacer a los viajeros y moverlos hacia los destinos más diversos, sobre todo en plena temporada de alza, cuando la entidad suele transportar la cifra de 34 mil visitantes.
Cuando poco falta para el inicio de la temporada invernal, Transtur Varadero está convencido de que en la eficacia de los vínculos transporte-turismo existe un itinerario que hay que recorrer para llegar seguros al destino de la calidad y la satisfacción, dos paradas esenciales para una industria tan estratégica como la del ocio.
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