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“Todavía debemos ver la COVID-19 como una amenaza” (+ Fotos)

Si en otras ocasiones los habitantes de Isla de la Juventud se han lamentado de la denominada “doble insularidad”, en tiempos de COVID-19 las aguas que separan la ínsula pequeña de la otra grande constituyen, cuando menos, un alivio. Por tal razón, en medio del rebrote de la epidemia, sobre todo en el occidente del país, este pedazo de tierra bien podría divisarse como un “oasis”; pero la tranquilidad de los pineros, libres de coronavirus por cinco meses, no se debe solo al golfo de Batabanó.

 

El doctor Israel Velázquez, director de Salud en Isla de la Juventud, es el rostro más visible de esta batalla por la vida. Foto: Elizabeth Sánchez

 

Detrás de la seguridad con que andan cientos de personas por las calles de Nueva Gerona y La Fe —los poblados donde se reportaron en abril último 42 casos de la enfermedad— hay historias de esfuerzo y compromiso del personal sanitario y de otros imprescindibles, quienes mantienen a raya al no tan nuevo enemigo microscópico de la humanidad.

Israel Velázquez Batista conoce de cerca cuánto sacrifico requiere esta batalla por la vida. Como director municipal de Salud es el rostro más visible y más allá de las cámaras, donde comparece a diario para informar al pueblo, el doctor reflexiona sobre qué decisiones condujeron al municipio especial cubano a este resultado.

“Desde el inicio, el enfrentamiento a la COVID-19 ha sido un asunto de seguridad nacional. Por ello, luego de la aparición del primer caso aquí, el Consejo de Defensa Municipal se enfocó en resolver cada uno de los desafíos que aparecían durante el manejo de la enfermedad, la cual se presentó en el territorio de forma atípica”, afirmó el directivo.

“Los pobladores de Isla de la Juventud asumieron con disciplina la primera etapa. Incluso, se discutieron a nivel de barrio todo cuanto se conocía sobre la pandemia. Los pineros vieron esta situación como preocupante, sobre todo, porque el primer caso en el municipio falleció. Esa percepción de riesgo elevada contribuyó a que se cortaran las cadenas de transmisión en el mínimo tiempo posible”, comentó.

 

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Velázquez Batista explicó que el personal sanitario en la actualidad aún insiste en el cumplimiento de las medidas establecidas, pues algunos se han relajado. “El riesgo es real. En este rebrote en el país han aumentado los casos. Todavía debemos ver la COVID-19 como una amenaza para la salud y de no existir la percepción de ese peligro podemos estar cercanos a una reintroducción del virus en el territorio”, dijo.

“Continuamos la actualización de los protocolos de actuación frente a la enfermedad. Hemos adecuado las directivas del Ministerio de Salud Pública —que incluyen nuevos descubrimientos— a nuestras características. Por tal motivo, ahora la vigilancia epidemiológica es por diez días y las pruebas PCR las realizamos también al quinto día”, precisó.

El director de Salud en  Isla de la Juventud aclaró que solo arriban a este municipio entre 40 y 50 personas por razones sanitarias o autorizados por el Consejo de Defensa, a quienes se les realizan los exámenes y se aíslan, primero, en dos centros activos con ese fin y luego, tras resultar negativos, en los hogares, con una pesquisa constante por parte de especialistas de la atención primaria. Según aseveró los factores del barrio también intervienen en la vigilancia epidemiológica.

Velázquez Batista aseguró que aún no están conformes con las pesquisas realizadas. “Debemos determinar muchos más casos de sintomatología respiratoria en nuestras comunidades, pues existe la posibilidad de que alguno sea contacto de un portador asintomático”, dijo.

 

El director confirmó que el reto inmediato es mantener la Isla de la Juventud sin COVID-19. Foto: Elizabeth Sánchez

 

Estas encuestas epidemiológicas son efectuadas por trabajadores del sector de la salud. También explicó que se han reajustado los horarios debido al déficit de combustible, y cuando se realiza el ahorro energético en las instalaciones los especialistas salen a pesquisar. Además recordó el esfuerzo de los estudiantes de ciencias médicas, quienes donaron una semana de sus vacaciones para contribuir con el diagnóstico en el terreno.

“Las pesquisas son primordiales, pero es importante cumplir con las medidas ya conocidas como el uso del nasobuco. Aquí fuimos defensores a ultranza de su empleo obligatorio, aun en la tercera fase. Es vital el lavado y desinfección de las manos, del calzado, las superficies, el distanciamiento físico, así como la responsabilidad de las administraciones ante un trabajador que asista con síntomas sugestivos de la COVID-19”, enfatizó.

Sobre el reinicio del curso escolar el doctor Israel Velázquez comentó que la Dirección Municipal de Educación y la Universidad Jesús Montané garantizaron todos los recursos para reorganizar el proceso docente de acuerdo a la situación epidemiológica. Además, las autoridades sanitarias comprobaron la disposición de las aulas antes de iniciar las actividades lectivas.

“Preparamos el personal de educación para detectar posibles síntomas en los alumnos y reportar a aquellos que se hayan ausentado a las clases por algún motivo. No habrá más capacidades, pero se cumple con el distanciamiento, pues se reacomodaron a los estudiantes y se acondicionaron los baños para la desinfección constante de las manos”.

El director también hizo referencia a las medidas adoptadas para desarrollar la 60 Serie Nacional de Béisbol en suelo pinero: “Existe la seguridad de que los integrantes de los equipos dieron negativos a la COVID-19 al iniciar la competición y se les aplican exámenes de vigilancia aleatorios. Igualmente, hay reglas, nadie puede acceder al hotel, ni al estadio —solo los trabajadores autorizados y la prensa— y los ómnibus que los trasladan son escoltados por la policía”.

Por último, el galeno confirmó la instalación de un laboratorio de biología molecular en Cayo Largo del Sur. En ese destino turístico se realizarán las pruebas PCR a los turistas —principalmente de Canadá e Italia— que arriben, para garantizar su vigilancia epidemiológica.

“La obra está a un 60 % de ejecución. Los constructores concluyen las redes eléctricas e hidrosanitarias. Sin embargo, algunos recursos están deficitarios, todavía resta la impermeabilización del local adaptado y el desbroce del área verde alrededor. El equipo principal del laboratorio debe llegar al país entre finales de octubre y principios de noviembre, pero ya están en el lugar las cámaras contadoras y balanzas.

“De los 13 trabajadores que deben integrar la plantilla, ya están adiestrados cuatro profesionales y otros ocho saldrán para el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí para iniciar su preparación”, confirmó el doctor.

Israel Velázquez Batista afirmó que constituirá un reto inmediato adaptarse a la nueva normalidad y mantener libre de COVID-19 el municipio en condiciones económicas bien difíciles. “Ahora más que nunca debemos saber gestionar bien los recursos, pues el sistema de salud tenemos que sostenerlo. Nos corresponde ahorrar, pero sin ir en detrimento de la calidad de nuestro servicio, ni de la vigilancia epidemiológica”, concluyó.

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