Cargando...Enfrentar las indisciplinas sociales en cualquier escenario es una prioridad en la suroriental provincia santiaguera, empeño que no es nuevo y tiene inspiración en el pedido del General de Ejército Raúl Castro Ruz de convertir al territorio en el más bello, higiénico y disciplinado del país.
Por estos días se renueva el repudio y la oposición de la mayoría contra aquellos pocos que hacen más compleja la ya tensa situación con el acceso a productos de primera necesidad, entre ellos los que se expenden en tiendas en CUC y MLC, agromercados, puntos de ventas de materiales de la construcción, farmacias, y otros escenarios de comercialización de mercancías.
Diversas medidas, a tono con lo que sucede en todo el país, se ponen en práctica en la provincia, unidas a otras muy propias de aquí, las cuales tienen la aceptación de la mayoría del pueblo.
Entre las primeras están la creación de brigadas populares que organizan las colas para comprar en las unidades de tiendas Caribe y Cimex.
Entre las segundas figuran las ventas diferenciadas a sectores vulnerables o de especial atención, como por ejemplo: embarazadas, adultos mayores de 80 años, familias múltiples, infantes con enfermedades oncológicas, donantes voluntarios de sangre, y más recientemente a estudiantes de Ciencias Médicas que participaron en las pesquisas activas contra la COVID-19.
La misión de combatir y erradicar a coleros, revendedores y acaparadores tiene, además, un chequeo permanente en la provincia, con intercambios sistemáticos en los que se evalúa la efectividad de una medida que, según se ha dicho, llegó para quedarse, por lo menos mientras existan las dificultades con la disponibilidad de mercancías.
Aún cuando están creados grupos de enfrentamiento a indisciplinas de este tipo, integrados por autoridades comunitarias, representantes de las administraciones, funcionarios del Gobierno, agentes del orden público, entre otros, queda claro que repudiar y erradicar las manifestaciones de indisciplinas es tarea de todos.
