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Premiación y revelaciones de una mañana

Lo que parecía una premiación sencilla y tradicional del Concurso Deporte entuMovil terminó siendo un momento sublime, inolvidable y emotivo para nuestro periódico. Ana Fidelia Quirós y Pedro Medina no corrieron ni dispararon jonrones, usaron esta vez la palabra y esa fuerza que les da ser paradigmas para un pueblo.

 

 

Ana firmó la réplica del dorsal de los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 y reveló que para ella es el más especial de todos, no obstante, sus dos coronas mundiales, múltiples coronas panamericanas y centrocaribeñas. “Ese día siento que no gané plata, sino que fue mi oro, pues las rusas me estudiaron muy bien y corrí 810 metros en lugar de 800. Eran todas contra mí y fue un gran resultado”.

La santiaguera, que solo accedió a quitarse el nasobuco —que ella misma confecciona para regalarles a vecinos y amigos— para el momento de la foto, rememoró, además, que esa rivalidad de aquella época no se vive hoy y lamentó no tener Cuba hoy una corredora que haya podido acercarse o imitar su hermosa carrera. “Felicito a Beatriz González Ortíz por haber acertado en la pregunta e invito a todos a seguir participando en una opción muy buena para aprender de la historia de nuestro movimiento deportivo”.

El turno del conocido Hombre de Edmonton no llegó frente a la caja de bateo, sino ante un auditorio que lo vio relatar cómo comenzaron a producirse los bates marca Cubacan, en los que estuvo muy involucrado por ser uno de los enlaces entre nuestro país y el productor canadiense Bill Ryan, quien nunca los había fabricado, pero comenzó a hacerlo a solicitud de Gerardo Hernández cuando este cumplía prisión en Estados Unidos, acusado injustamente en el conocido caso de los Cinco Héroes cubanos.

Precisamente uno de esos bates lleva desde este 24 de julio la rúbrica del campeón mundial y otrora director de Industriales: “Para Humberto Rodés, con afecto de Pedro Medina”, reza la dedicatoria de quien siempre muestra amabilidad, carisma y disposición a conversar sobre béisbol, aunque ahora prefiera verlo desde la casa y asistir poco al estadio Latinoamericano.

Por un imprevisto automotor de última hora, el tricampeón olímpico Mijaín López no pudo completar el trío de glorias invitadas a esta premiación, pero Hugo Yaniel Quintana sí recibió su mochila y quedó pendiente de una próxima invitación para la foto con el luchador más grande que ha tenido este país en todos los tiempos.

Un principio y cierre con el trovador Jorge Ceruto, que forma parte del proyecto cultural Palacio de los Torcedores, matizó la jornada matutina de este viernes, en la que hasta la música escogida: Quien fuera, de Silvio Rodríguez, y Son para ti, de Pepe Ordaz, sirvió para recordarnos que el honor más grande es sencillamente compartir valores y esfuerzo, cubanía y amistad, tal y como hicieron Ana Fidelia y Pedro Medina con el colectivo de Trabajadores.

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