¿Cómo y cuándo se fundó la CTC? (III)

La jornada del 25 de enero del Congreso Obrero continuó en el mismo escenario de la Sociedad El pilar, comenzó por la aprobación del dictamen de auxilio a los desocupados y se reclamó al Gobierno y a la Secretaría del Trabajo el cumplimiento de leyes beneficiosas para la clase obrera.

Especial atención se le dedicó a la necesidad de modificar la Ley de Sindicalización, en torno a la cual se hicieron diversos reclamos. Uno de ellos fue que cuando se reconociese por la Secretaría del Trabajo una organización obrera, esto estuviese acompañado de su aceptación por los patronos y las empresas ya que estas solían desconocerla aun cuando se había hecho oficial. Otra exigencia del Congreso fue se eliminara la práctica de la Secretaría del Trabajo de pedir informes a las autoridades acerca de los integrantes de la organización que reclamaba su legalización, lo que propiciaba que los patronos dieran datos falsos para impedir a los trabajadores organizarse.

Se solicitó además que la disolución de una organización obrera no fuera una decisión de los dueños capitalistas sino solo ocurriera por determinación de los tribunales y las autoridades judiciales competentes. Se exigió el derecho de los trabajadores a constituir federaciones de industrias en las provincias y una confederación a nivel nacional. Algunas federaciones ya estaban en acción aunque no tenían estatus legal.

Con el fin de garantizar la unidad de los trabajadores se exigió que no existiera de que existiera mas de un sindicato por rama o industria,  que se estableciera la obligación de los patrones de conectar convenios colectivos de trabajo,  exclusivamente con el sindicato; que se prohibiera también la libre contratación y fueran las organizaciones sindicales en representación de sus afiliados, las encargadas de contratar las condiciones en que laborarían los obreros.

Se aprobó en esta sesión la creación de cajas de retiro obrero , sostenidas  por los patronos, los trabajadores y el Estado.

Los delegados demandaron la derogación del decreto que prohibía las huelgas y el reglamento de accidentes de trabajo que  resultaba lesivo a los trabajadores.

Tema de debates lo constituyó el servicio del entonces moderno sistema de carga, descarga y traslado de mercancías procedentes de Estados Unidos, conocido como  ferry boat, que ocasionaba desplazamientos de obreros marítimos y del transporte, por lo cual se reclamó su reglamentación, con el fin de proteger a los trabajadores  de manera que estos resultaran lo menos afectados posible por la introducción de este medio..

La solidaridad estuvo presente en esta sesión  con el apoyo al pueblo español en lucha por la defensa de la República.

Se acordó enviarle un cablegrama al presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt, en nombre de los trabajadores cubanos, para que suspendiera el embargo de armas de ese país para los republicanos españoles.

En la mañana del día 26, los delegados al Congreso retomaron un asunto tratado en la sesión anterior y aprobaron la derogación del Decreto Ley que prohibía las huelgas y otras leyes de carácter represivo.

Se abogó porque el Gobierno aprobase la ley de Revalorización de los Créditos Hipotecarios, cuya necesidad  había sido tratada en el periódico Noticias de Hoy, que tomó en cuenta las opiniones de sectores laborales y personalidades políticas.

Alertó el rotativo que de no promulgarse dicha ley, se arruinarían  miles de familias modestas que habían comprado solares o finquitas en la época llamada “de los millones” para fabricar casitas. La mayor parte de esas personas había satisfecho una cantidad mayor de lo que representaba en ese momento el valor de dichas propiedades, y por consiguiente de no triunfar la revalorización, tendrían que pagarlas  de nuevo o devolverlas a los acreedores con las casas en ellas fabricadas,  y quedarse en la calle.

Como en otras jornadas se le dio lectura a comunicaciones al Congreso de conflictos entre patronos y trabajadores en distintas localidades del país y la sesión matutina se suspendió para acudir a una manifestación frente al Palacio Presidencial en protesta por el llamado  plan de regalos de regalos de la empresa cigarrera Trinidad y Hermanos.

Era costumbre de la época que las fábricas de cigarros utilizaran premios en su competencia comercial, pero el de Trinidad y Hermanos estaba encaminado a contrarrestar el boicot de los trabajadores por la negativa de la directiva de reponer a 152 obreros cesanteados después de la huelga de marzo de 1935.

Trinidad y Hermanos estableció un plan de regalos destinado a incrementar sus ventas que contemplaba, además del habitual cambio de productos de uso doméstico por cajetillas vacías, sorteos trimestrales de casas y fincas para los campesinos, lo que afectaba además a otras fábricas de cigarros de menos recursos que se veían en desventaja en la competencia.

Pero ni ese plan de regalos logró contrarrestar la ´presión de los obreros de Trinidad y Hermanos, cuyo boicot provocó que de 400 mil ruedas mensuales que se vendían antes del boicot, esta cifra se redujo a 150 mil ruedas.

En el l triunfo de los trabajadores influyó la concentración de los delegados al Congreso frente al Palacio, que le hizo llegar al Presidente un documento con las exigencias de los obreros de la fábrica.

Otros temas abordados fue ron la exigencia a la Secretaría del Trabajo del reconocimiento a todos los sindicatos que habían solicitado su legalización y una colecta entre los delegados para ayudar a los niños españoles que habían quedado huérfanos en la lucha que libraba su pueblo contra el fascismo.

Acerca del autor

Alina Martínez Triay

Graduada de Periodismo. Subdirector Editorial del Periódico Trabajadores desde el …