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Torneo Granma-Cerro Pelado: Reflexiones después de la brega

Ismael Borrero, uno de nuestros grandes luchadores. Foto José Raúl Rodríguez Robleda
Ismael Borrero, uno de nuestros grandes luchadores. Foto José Raúl Rodríguez Robleda

Ismael Borrero ha llegado tan lejos en el rocoso universo de la lucha grecorromana porque cree en todo lo que hace sobre el colchón de combate. Durante las acciones del Torneo Granma-Cerro Pelado, el campeón olímpico de Río 2016 desembarcó con su habitual aire imperial y anudó las pretensiones de todos sus rivales.

El último escollo rumbo a la presea dorada fue el francés Yasin Ozay. De nada la valió al galo tratar de imponer su discurso combativo. Al final la maestría del criollo se impuso. Un día después de la victoria accedió a conversar sobre la lid y otros asuntos.

“Realmente pensé que sería una pelea mucho más fuerte. Él es un atleta de calidad, pero se equivocó de estrategia y lo aproveché. Fue un combate que debía decidirse por detalles y así fue, la técnica que intentó le falló y me impuse por pegada”.

Ganar en la cita de los cinco aros en suelo sudamericano coronó un sueño, sin embargo, de cara a la próxima cita en Tokio 2020 se impone aspirar a otra labor similar.

“Estoy en una nueva división. En Brasil me sentía fuerte. Ahora debo fortalecerme más y aprender, tengo tiempo. Aclaro que ambas categorías tienen el mismo rigor. Solo que ahora hay hombres muy poderosos y experimentados. Debo  mejorar mi potencia y perfeccionar la técnica” afirmó el también campeón mundial del 2015.

Tras lograr un importante número de conquistas la motivación se vuelve un rival engorroso y necesario. “La estimulación la trabajo fuerte. Siempre pienso que puedo llegar más lejos. Alcanzar otra medalla olímpica y mundial es un sueño por el que lucho todos los días”.

2019 trae importantes retos. Los Juegos Panamericanos de Lima y la cita del orbe están en la mira del varias veces titular nacional. “El objetivo es ganar siempre y por eso entreno. Veo así el deporte, aspirar en cada momento al triunfo”, sentenció.

La jornada sirvió asimismo para que las gladiadoras de casa se agenciaran cinco de los seis premios dorados. Yusneylys Guzmán, ganó en los 50 kilos, Amanda Hernández (55 kg), Lianna de la Caridad Montero (57 kg),  Yakelín Estornell (62 kg) y Mabelquis Capote (76 kg). México hizo la cruz gracias a Karla Acosta, quien se impuso en 53 kg.

Este jueves irrumpirán los protagonistas de la lucha libre, lo que garantiza pólvora en los colchones. Si está cerca del Coliseo de la Ciudad Deportiva lléguese, no se arrepentirá.

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