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Camagüey.— El antepenúltimo fotograma de la final del Torneo Playa Girón de Boxeo, resultó el más disfrutado por la afición. Julio César La Cruz, ídolo local, emanó un peculiar gesto luego de superar por el título de los 81 kg al pinareño Osnay Bencomo.
Fueron nueve minutos de su acostumbrada danza, aderezada con fintas, velocidad y puñetazos. Luego del veredicto, que le reportó su noveno título, el graderío de la Sala Polivalente Rafael Fortún se destapó y festejó su octava coronación colectiva en línea. Un triunfo lustroso, pues la justa es de las de mayor calidad en nuestro país.
El resto de la cartelera marchó por los cauces conocidos, emotiva y con mucho voltaje sobre el ring. Los ganadores recibieron un premio adicional, defenderán la jerarquía de los Domadores de Cuba en el cartel inicial de la próxima Serie Mundial.
En la batalla lideró el equipo camagüeyano, que cumplió letra por letra con su guion de costumbre: solidez, convicción y talento. Le secundó Guantánamo, capaz de convertir un fuego en incendio. El tercer escaño para Sancti Spíritus, fiel a su voluntad competitiva.
Además de los tres primeros lugares, salieron complacidos los estrategas de Matanzas, Mayabeque e Isla de la Juventud, cuyos planes de desarrollo mezclados con disciplina, responsabilidad y acertado trabajo en la base ya rinden frutos.
También se despidió feliz el colectivo técnico del equipo nacional, ya que su agenda de captación se rellenó con jóvenes que atesoran lo mejor del ADN del pugilismo criollo.
Algunos de ellos podrían ser los caudillos del próximo ciclo olímpico, lapso que debemos asumir bajo el signo de la máxima concentración, ya que la reducción a ocho divisiones entre los hombres (comenzará en Tokio 2020) nos obligará a ser casi perfectos en cada presentación de envergadura.
Esa decisión del Comité Olímpico Internacional persigue alcanzar la igualdad pugilística entre hombres y mujeres (idéntico número de competidores), algo justo e imprescindible, y necesita ser evaluada por las autoridades pertinentes en casa. ¿La razón? Precisamos ampliar el abanico de candidaturas a preseas si aspiramos a mantener o ampliar nuestras conquistas sobre el cuadrilátero.
Las mujeres de este país trazan a diario lienzos de claridad y progreso. ¿Por qué no pueden cincelar conquistas y glorias a través de sus puños enguantados?
Desbordando presente y futuro se despidió el boxeo del 2018. Su misión más importante en 2019 será irrumpir de forma explosiva en todas las pugnas. Su rica historia y la afición así lo exigen.
