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Mestre apuró a Cuba

Foto: Ricardo López Hevia, enviado especial
Foto: Ricardo López Hevia, enviado especial

Mississagua, Toronto.- La noche del sábado venía cayendo sin que Cuba lograra aún su primer título en los XVII Juegos Deportivos Panamericanos. No era alarmante, ni sorpresivo, estaba en los planes de la mayoría. Sin embargo, con la judoca Dayaris Mestre instalada en la final de los 48 kg quedaba una opción de calidad y en el ambiente flotaba esa sensación de contenido optimismo.

La espirituana tenía delante a su victimaria de hace cuatro años en Guadalajara, la argentina Paula Pareto, una mujer experimentada y con suficiente arsenal técnico para apagarnos el grito de victoria. Pero Mestre estaba en su día, fue más audaz, peleó mejor y solucionó la pugna en regla de oro con un wazari inolvidable. Tras el grito de felicidad, las lágrimas y el abrazo con el profesor Ronaldo Veitía, la pequeñita soltó sus sentimientos con frases entrecortadas.

“En Guadalajara derroté a la campeona olímpica Sara Meneses, pero luego tuve la mala suerte de tropezar en la final con Pareto. Fue una mala estrategia de mi parte, no me guié por el entrenador y la vida me ha demostrado que siempre tiene la razón”, recordó.

Sobre el combate final de esta vez, la campeona centrocaribeña de Veracruz 2014 reconoció que “cualquiera podía ganar porque nos hemos enfrentado varias veces, pero este era el lugar para yo imponerme”. Según dijo la orientación de Veitía fue atacar sin descanso, tomando en cuenta la velocidad de ambas, y tener plena confianza en que los cuatro minutos de lidia serían a su favor.

“La vida me dio la oportunidad de convertirme en la primera medallista de oro de la delegación cubana, con la cual tenemos todos un gran compromiso. Hay atletas de otros países muy bien preparados, pero siento que vamos a retener el segundo lugar en el medallero”, vaticinó con lágrimas rodando por sus mejillas.

Interrogada luego sobre la efusividad de su festejo al saberse monarca, la muchacha aceptó a decir que “es una alegría imposible de explicar, son momentos encima del tatami que cuando uno los mira de nuevo no entiende cómo pudieron ocurrir”.

Uno de los instantes más hermosos tras el duelo mostró a Pareto cargándola en brazos, un gesto que según Dayaris han tenido cada vez que se miden: “hay rivalidad sobre el colchón, pero afuera nos llevamos muy bien. Cuando me ha tocado perder le he dado la mano y agachado la cabeza, así es el deporte”.

La próxima pregunta miró hacia los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016: “voy a clasificar entre las 16 mejores del ranking mundial, aunque no hemos tenido suficientes competencias para sumar puntos. Y una vez allí iré en busca de mi medalla”.

Las últimas palabras fueron de cariño y dedicación hacia quienes “estaban en Cuba esperando esta alegría, mi mamá, la familia y el pueblo de Sancti Spíritus”.

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