Cargando...
Danza Contemporánea de Cuba celebra este año su aniversario 55. Estamos hablando de la principal compañía cubana de danza moderna y contemporánea… alma mater y raíz del gran movimiento del país en esas manifestaciones. Fundada por Ramiro Guerra en los primeros años de la Revolución, la compañía nucleó a un grupo de creadores interesados en revolucionar las concepciones de la danza en Cuba, en sintonía con lo que estaba pasando hacía años en los Estados Unidos y Europa. Aunque la palabra revolucionar quizás no sea exacta, porque Ramiro y sus colaboradores más que revolucionar, fundaron.
El mayor aporte a la cultura cubana de la entonces llamada Danza Nacional, fue crear y consolidar una escuela, o lo que es lo mismo, establecer un estilo nacional. No se trataba de negar de plano el acervo universal. De hecho, algunos de los fundadores fueron discípulos de destacados maestros norteamericanos. La idea era aprovechar las esencias mismas de las prácticas culturales más auténticas del pueblo cubano, integrarlas a esa tradición internacional. Alumbrar algo nuevo.
Danza Nacional fue el laboratorio de un pujante movimiento coreográfico, que tuvo su clímax en obras como Suite Yoruba, de Ramiro Guerra, de 1960… O Súlkary, creada algunos años después por Eduardo Rivero.
La lista de clásicos de la coreografía cubana que estrenó la compañía es larga. Y larga también es la lista de artistas que se formaron en sus salones. Téngase en cuenta que buena parte de los grandes coreógrafos de la danza contemporánea en Cuba provienen de las filas de Danza Nacional, ahora Danza Contemporánea de Cuba.
A principios de los años 90 asistimos al nacimiento de muchas compañías y agrupaciones dirigidas por bailarines y coreógrafos de Danza Contemporánea de Cuba. Por eso se dice que la compañía que ahora dirige Miguel Iglesias es el sostén de ese gran entramado.
Han cambiado los tiempos y con ellos los roles. Danza Contemporánea de Cuba desanda ahora otros caminos. No pretende erigirse en referente único, y ha ampliado considerablemente su espectro estilístico y temático. De hecho, es la agrupación nacional que más coreógrafos extranjeros (grandes coreógrafos, por cierto) ha invitado a montar espectáculos.
Pero el tesoro mayor son sus bailarines: un elenco capaz, entusiasta, muy bien formado. Muchachos que bailan con toda la fuerza y el deseo del mundo. De acuerdo, hay cierta crisis en la coreografía cubana contemporánea. (Aunque la crisis más bien es universal). Pero el nivel de los intérpretes cubanos, particularmente los de Danza Contemporánea de Cuba, es extraordinario, exaltante.
Con bailarines así, se puede bailar casi todo.
