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Maria Celia Laborde y una final inédita en judo

Maria Celia Laborde, primera campeona de Cuba en el Grand Prix de La Habana. foto: Marcelino Vázquez
Maria Celia Laborde, primera campeona de Cuba en el Grand Prix de La Habana. foto: Marcelino Vázquez

En la historia del judo cubano en certámenes internacionales del más alto nivel jamás había sucedido una final tricolor como la vista este 6 de junio en el Coliseo de la Ciudad Deportiva, entre Maria Celia Laborde y Dayaris Mestre, en la discusión del título de los 48 kilos del primer Grand Prix que se celebra en La Habana.

Más allá de la rivalidad existente entre ambas por ser integrantes de la selección nacional desde hace varios años, la porfía se antojaba muy reñida porque está en juego el ascenso en el ranking universal, en tanto ambas querían alzarse con el primer oro de Cuba en esta lid.

El combate termina y solo dos penalizaciones a Dayaris definen a favor de Laborde, quien ha sido una revelación desde que debutara internacionalmente en el 2013. “Siempre que salgo al tatami pienso en el oro. Ese pensamiento positivo me ha ayudado a obtener los premios que he ido logrando”, reconoció.

Por supuesto que inquieta saber cómo es posible superar a una compañera de equipo que conoce perfectamente cada movimiento y técnica de ella sobre el tatami. “Casi todos los viernes tenemos topes en el equipo y en competencias oficiales, aquí en Cuba, nos hemos enfrentado ya varias veces, la última vez en el campeonato nacional, donde salí campeona”.

“Pero siempre con ella es muy difícil porque nos conocemos mucho y las dos hacemos casi las mismas técnicas. Somos muy parecidas también en la fogosidad y el ritmo que le ponemos a los combates. La que tengan más fuerza, más resistencia, más rapidez y esté más concentrada es la que se lleva el éxito”, aseguró con una sonrisa Laborde, que el próximo 2 de agosto cumplirá 24 años.

Interrogada por el honor de ser la primera campeona de Cuba en este magno evento, histórico también por ser la primera vez que tiene lugar en nuestro país, argumentó que “el apoyo del público fue muy bueno, en especial el de su familia y su novio, y solo pensaba en cumplir mi meta: ganar el oro, porque esta competencia inicia el ranking hacia los Juegos Olímpicos”.

“El combate más difícil fue por la plata, con la china Shugen Wu, una judoca de gran calidad. Cuando le gané sabía y tenía confianza en que podría ganar el oro”, señaló la joven, quien no dudo en señalar a la campeona olímpica y mundial, Legna Verdecia como su paradigma en el judo, “Siempre quise imitarla y me dio muchos consejos”.

“Con estos 300 puntos debo haber subido un poco más en el ranking mundial —estaba en el ocho— y espero poder participar en más torneos para acercarme al sueño de ir a unos Juegos Olímpicos y ganar una medalla. Ponlo ahí, ganar una medalla”, concluyó entre abrazos y risas de sus amigos.

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