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“Nos vemos el primero de enero en Santiago de Cuba”, dijo el General de Ejército Raúl Castro Ruz, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, al clausurar la más reciente sesión ordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular, y la frase ha repercutido muy favorablemente en los habitantes de este indómito territorio.
Los hombres y las mujeres de aquí, quienes cada año renuevan sus motivos para celebrar el 1 de enero, tienen ahora razones multiplicadas para el júbilo en virtud de que este primer día de 2014 marca el aniversario 55 del triunfo de la Revolución.
Para la fecha ya se acondiciona el mismo escenario que acogió, en 1959, a un mar de pueblo mezclado con los “barbudos”, recién bajados de la Sierra Maestra, y de manera especial al líder de la lucha armada, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, quien, desde el balcón del Ayuntamiento, proclamó al mundo la llegada a Cuba de la verdadera libertad.
En el entorno del parque Céspedes, ante las puertas de lo que es hoy la sede de la Asamblea Municipal del Poder Popular, se alistan las condiciones para acoger la conmemoración, las cuales comenzaron desde principios de diciembre.
La reparación y pintura de los principales edificios que rodean el lugar —díganse la Casa de Cultura, el hotel Casa Granda, la Iglesia Basílica Catedral, el Museo de Ambiente Histórico Cubano, o la Casa del Ajedrez— la instalación de la tarima para el desarrollo del acto político-cultural que ya se organiza, el realce de la jardinería, entre otras cuestiones, marcan los preparativos para festejar la fecha.
Antesala de lujo del día 1de enero será la realización de la Fiesta de la Bandera, una tradición santiaguera que data del año 1900 y que consiste en izar en el mástil del Ayuntamiento, a las 12 de la noche de cada 31 de diciembre, una bandera de grandes dimensiones a la par que el pueblo congregado para la ocasión entona las notas del himno nacional.
Así volverá a quedar listo Santiago de Cuba para dar la bienvenida a otro año, uno que comenzará de manera muy especial, insuflando fuerzas a todas y todos para emprender 12 meses de trabajo bienhechor, esta vez con el incentivo que representa comenzar a vivir el año 55 de la Revolución cubana.
