El camino certero del desarrollo

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Made in China
China pondrá el énfasis en la presencia predominante de la propiedad pública y su papel directriz, al mismo tiempo que alentará, apoyará y guiará al sector no estatal para mejorar su vitalidad y creatividad

Por: Patricia Segura Alemán

Noviembre fue un mes de trascendentales decisiones para la mayor nación de Asia; la tercera sesión plenaria del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh), electo en su XVIII Congreso, instrumentó las medidas a adoptar por el país para “la profundización integral de las reformas”, tema más importante de la agenda de la organización política.

Las sesiones se desarrollaron bajo la presidencia del secretario general del PCCh y máxima figura administrativa desde el 14 de marzo del 2013, Xi Jinping.

El objetivo fundamental de las nuevas propuestas es mejorar y desarrollar el socialismo con características chinas y seguir adelante con la modernización del sistema y las capacidades de gobierno del país.

La reforma económica es clave y la solución principal, según lo proyectado, es la relación apropiada entre el Gobierno y el mercado, basándose siempre en los preceptos socialistas. No obstante, China pondrá el énfasis en la presencia predominante de la propiedad pública y su papel directriz, al mismo tiempo que alentará, apoyará y guiará al sector no público. De acuerdo a lo difundido, las funciones gobernativas deben ser transformadas de manera que se construyan basadas en la ley y que estén orientadas al servicio público.

La reforma también incluye construir un sistema fiscal moderno que apoye la iniciativa tanto de la administración central como de las locales. Así, se otorgará mayor importancia a perfeccionar el sistema democrático y a enriquecer la participación popular para mostrar las ventajas del socialismo.

En tal sentido, el PCCh proclama que el poder debe ser supervisado por la población y ser ejercido de manera transparente. Tal aspiración se puso de manifiesto momentos antes de la tercera sesión cuando el Partido solicitó opiniones externas para elaborar el borrador de las propuestas que se analizaron durante el pleno.

Muchas de las agencias de prensa indican que Xi Jinping, pese a su denominado “neomaoísmo”, no tiene el propósito de renunciar al modelo que ha convertido a China en segunda economía mundial, un hecho que se puso de manifiesto en la recién concluida reunión, con la presencia de las reformas económicas al estilo Deng Xiaoping, en el marco de un clima en que no excluye resultados de la etapa maoísta. El propio Xi resumía estas aparentes contradicciones en una frase que recientemente fue destacada por el Diario del Pueblo para preparar el clima del plenario: “Las reformas y la apertura comenzaron con Deng Xiaoping en 1978, pero no niegan el desarrollo que hubo en tiempos de Mao”.

Los análisis actuales apuntan a los males sociales que aún aquejan a la China desarrollada, y que provocan que en la misma medida que la mayoría de los chinos disponen de perspectivas prometedoras y viven en una sociedad relativamente segura y próspera, aparecen algunas muestras de impaciencia y descontento. Además, muchos ciudadanos manifiestan la percepción de que el Gobierno no ha mejorado tanto como lo ha hecho la economía. Dada la vertiginosa urbanización del país, las regiones rurales están perdiendo mano de obra joven, tierra y riqueza, mientras que en las ciudades los recursos escasean, la pobreza aún existe y la población se enfrenta a una contaminación cada vez más severa.

“Es imposible que China cierre la puerta que ya ha sido abierta. Nunca se pondrá fin a la reforma y apertura”, dijo Xi en la reunión. Una vez más se descartaron en esta sesión partidista los cambios políticos radicales, nadie esperaba reformas en el sistema político y así fue, la reunión se centró fundamentalmente en la preparación de un programa de acción manteniendo al PCCh como principal líder.

A juicio de analistas, Xi ha adoptado durante el año que lleva en el poder un perfil más similar al de Mao, promotor del socialismo chino, a la vez que avanza en las doctrinas económicas legadas por Deng Xiaoping. Se enfrenta ante una China desarrollada, pero al mismo tiempo con abismos entre el campo y la ciudad. Las reformas deben acelerarse en el sector social, incluidos educación, empleo, distribución de ingresos, seguridad social y salud pública.

Las decisiones actuales no son ajenas a la construcción de un sistema integral de progreso ecológico que proteja el medio ambiente. Se construirán asimismo fuerzas armadas modernas con características chinas, mientras el PCCh tiene el encargo de establecer un equipo de liderazgo central para la “profundización integral de la reforma”. La organización política estará también responsabilizada con diseñar la reforma, ordenarla y coordinarla e impulsar y supervisar la puesta en marcha de los planes económicos.

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