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Lisandra en “guerra” de preguntas

Lisandra Guerra en la Copa Cuba de ciclismo

Lisandra Guerra en la Copa Cuba de ciclismo

Lisandra en uno de sue eventos preferidos, los 500 metros contrarreloj. Foto: Otmaro Rodriguez
Lisandra en uno de sue eventos preferidos, los 500 metros contrarreloj. Foto: Otmaro Rodriguez

“Mami, allá afuera te está esperando Sopita”, le dijo Lisandra temerosa a su madre, quien desconocía a la persona que tan simpático apodo tenía y esperaba en el portal de la casa. A la media de hora de conversación entre Angel Luis (Sopita) y Sandra todo parecía arreglado. Lisandra Guerra podría comenzar a practicar ciclismo, “pero, por favor, que no se dé muchos golpes”, rogó la progenitora.

Desde entonces a la fecha han pasado más de 16 años. Aquella niña revoltosa, intranquila y deseosa de practicar deportes en Colón, Matanzas, tiene hoy, entre otras medallas, cuatro en campeonatos mundial élite (1-1-2), un título mundial juvenil, 16 coronas panamericanas y varias preseas en Copas del Mundo. Solo le falta el podio olímpico, al que no ha podido acceder ni en Beijing 2008 ni Londres 2012.

Estuvo varios períodos desde el 2005  en el Centro Mundial de Entrenamiento de la Federación Internacional de Ciclismo en Suiza. La lejanía, el frío, el idioma y la soledad no pudieron vencerlas. Lisandra cumplirá 26 años el próximo 31 de octubre, pero ahora, tras sus dos títulos en la Copa Cuba, accedió a conversar como si pedaleara, como si pedaleara….

¿Por qué el ciclismo?

“Por embullo. Practiqué de todo cuando niña, kárate, voleibol, bádminton, natación y atletismo. Un día pasaron preguntando quién quería estar en ciclismo, y me apunté. Entonces hice dos deportes al mismo tiempo, atletismo y ciclismo. A este último iba escondida, porque mi mamá no me dejaba, decía que eso era para varones. Luego el entrenador “Sopita” habló con ella y me quedé fija. Por cierto, los entrenadores de atletismo se pusieron bravísimos…”

Y tuviste una progresión muy rápida.

“En los dos últimos años en la categoría juvenil sí, pero antes el tiempo pasó muy lento. Primero, dos años en el área especial, luego, dos más en la Academia de Matanzas hasta que pasé a entrenar con la preselección nacional en el 2003 después de mis tres medallas de oro en los Juegos Escolares, las cuales conservo con mucho amor por ser las primeras de mi carrera.”

Después de ser campeona panamericana juvenil en el 2004 en Ecuador llegó la noticia de la beca en Suiza. ¿Cómo lo asumiste siendo tan joven?

“En realidad no lo podía creer. Era algo de lo que hablaba constantemente, sobre todo después de ver los resultados de algunos cubanos que habían estado en el Centro, pero no pensé que me tocaría nunca. En Ecuador obtuve dos oros y 3 platas e inmediatamente me captaron por seis meses, aunque luego me extendieron la beca por varios períodos, incluso hasta cuando ya no era juvenil.”

¿Cómo combinas exigente preparación y lejanía familiar?

“Con mucha fuerza de voluntad. En el Centro no había casi tiempo libre, pues entrenábamos mañana y tarde. Por el correo electrónico mantenía comunicación con mis padres, quienes me apoyaron constantemente, pues nunca había estado separada de mi casa por un período de tiempo tan prolongado. En ocasiones añoraba escuchar la voz de mi mamá, pero aprendí a darme ánimo sola.”

Y luego llegaron las medallas mundiales en la categoría elite

Primero fui campeona mundial juvenil (2005) y luego, poco a poco, alcancé resultados similares en la categoría de mayores o élite. Incluso fue escalonado, primero bronce, luego plata hasta que gané el oro en 2008 en la prueba que siempre me ha gustado más, los 500 metros contrarreloj. Siempre he lamentado que la quitaran del programa olímpico cuando yo llegué, pues estoy segura que hubiera sido medallista”.

¿Ambiciones inmediatas?

“Ahora mismo, ganar los cuatro oros en esta Copa Cuba. Ya tengo dos y me falta todavía la velocidad y el keirin. Después, quiero hacer una buena preparación para las Copas del Mundo y el campeonato mundial.  He cambiado de entrenador, Florencio Pérez, pero él me trabajó conmigo en los juveniles —no es un improvisado— y confío que me llevará a los mismos planos estelares que lo hizo Héctor Ruiz, promovido a Comisionado Nacional.

Por lo pronto, lograr una medalla en el campeonato mundial de Cali, Colombia el próximo año, lo cual no será fácil, pero buscaré lo mío. Puedes ponerlo”.

¿Cómo te defines?

“Muy soñadora, pero realista. Escucho mucho a las personas con experiencia para no cometer errores previsibles. Demasiado pegada a mi familia y con ganas de seguirle  aportardo un granito de arena a la historia del ciclismo cubano…”

El audio del velódromo Reinaldo Paseiro anuncia el próximo evento en el cual competirá  Lisandra. Tiene que despedirse, pero promete para una próxima entrevista hablar sobre sus amores y la música romántica. Habrá tiempo para ello, esta pedalista tiene a su lado el futuro.

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