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Si un empeño en el país se ha caracterizado por la constancia ese es el de desarrollar la agricultura urbana y suburbana y sus subprogramas, con el propósito de garantizar más alimentos para la población.
Independientemente de los resultados, los que varían en dependencia de los territorios, las épocas del año y las gestiones comerciales, la labor del Grupo Nacional y especialmente del doctor Adolfo Rodríguez Nodal y los especialistas que con él laboran, demuestra que sin orden, disciplina y exigencia no puede haber éxito posible.
Y no me refiero a las elevadas cifras de producción, quizás demasiado reflejadas en la prensa en detrimento de análisis más objetivos, sino a la orientación y chequeo constantes a quienes trabajan en los organopónicos, huertos intensivos y otros lugares, dedicados fundamentalmente al cultivo de hortalizas, vegetales, frutas, viandas…, que si bien no están todos los días en la mesa, entre otras razones porque los precios no son siempre asequibles al bolsillo de las personas honestas, sí forman parte ya del hábito alimentario del cubano, algo que parecía un idilio épocas atrás, cuando solo eran conocidos, por lo general, el tomate, la lechuga, el rábano y el pepino, y siempre llegaban a los asentamientos poblacionales desde puntos rurales demasiado distantes.
La idea de desarrollar la agricultura urbana primero y la suburbana después, ha sido evidentemente revolucionaria. Por un lado, abrió un nuevo e importante frente productivo y por otro, generó fuentes de empleo para miles de personas, hombres y mujeres, que en su mayoría desconocían los avatares agrícolas y hoy son verdaderos especialistas en un número considerable de cultivos.
El accionar del Grupo Nacional deja otra enseñanza muy positiva. En su quehacer materializa el concepto básico de “confía, pero controla”. Con periodicidad sus integrantes realizan visitas a todas las provincias del país y al municipio especial de Isla de la Juventud, y en ellas no solo observan el estado de las unidades productoras y el cumplimiento de las medidas fitosanitarias y otras, sino que también evalúan, estimulan y critican, según el caso, y dan una puntuación que refleja el estado general del movimiento en cada territorio.
Los recorridos no quedan en dos o tres organopónicos o huertos intensivos de un municipio, sino que llegan a cientos de lugares, incluyendo los montañosos y más apartados. Por eso, el reflejo de la realidad que se presenta en las plenarias de conclusiones resulta exacto, o sea, una fotocopia del estado actual del agro urbano y suburbano.
Las visitas y los diálogos con los productores no solo consideran el chequeo y la evaluación correspondiente, sino también las sugerencias para mejorar las condiciones de los cultivos, la introducción de nuevas variedades y las orientaciones para elevar el rendimiento, entre otros muchos aspectos.
El más reciente recorrido del Grupo Nacional de la Agricultura Urbana y Suburbana (GNAUS) por la provincia de Cienfuegos, evidenció que existe el interés de cosechar y ofertar vegetales todo el año y prestar mayor atención a las técnicas agroecológicas, según reflejó la prensa de ese territorio.
En la reunión de conclusiones, el doctor Rodríguez Nodal resaltó el establecimiento de un punto de venta de productos naturales, o sea, que han sido cultivados sin el empleo de elementos químicos, el cual funciona en un céntrico local de la Perla del Sur. En lo que va del presente año han vendido allí unas 65 variedades, muchas de ellas inexistentes en otros sitios. Hay intención de extender esa iniciativa al municipio de Cumanayagua y posteriormente a otros.
No obstante, no todo es “color de rosa”. En esa propia visita detectaron algunas deficiencias en los cultivos semiprotegidos y organopónicos aún improductivos o con problemas en la aplicación de las normas agrotécnicas.
A eso debe agregarse, aunque no está reflejado en los resúmenes considerados en los reportes periodísticos de la plenaria de conclusiones del recorrido, que la comercialización adolece de estabilidad y coherencia en diversos lugares, pues es frecuente encontrar puntos de venta cerrados en la mañana y la tarde o sin productos, y persisten, por otro lado, los revendedores, quienes acaparan temprano y multiplican los precios de manera automática.
A pesar de esas y otras insuficiencias, las que pueden ser erradicadas si se adoptan y aplican las medidas correspondientes, el movimiento de la agricultura urbana y suburbana demuestra que siempre tiene la constancia como premisa, algo fundamental para garantizar buenos resultados en cualquier tipo de gestión.
Acerca del autor
Graduado de Profesor de Educación General en el Instituto Superior Pedagógico Félix Varela, de Villa Clara, Cuba (1979). Ha laborado en la Revista Juventud Técnica, semanario En Guardia, órgano del Ejército Central, periódicos Escambray, CINCO de Septiembre y Granma. Desde el año 2007 es corresponsal de Trabajadores en la provincia de Cienfuegos. Está especializado en temas económicos y agropecuarios. En 1999 acompañó en funciones periodísticas a la segunda Brigada Médica Cubana que llegó a Honduras después del paso del huracán Mitch. Publicó el libro Verdades sin puerto (Editorial cubana MECENAS). Ha estado en otras tres ocasiones en esa nación centroamericana, en funciones periodísticas, impartiendo conferencias a estudiantes universitarios, asesorando medios de comunicación e impartiendo cursos-talleres sobre actualización periodística a periodistas y comunicadores. Multipremiado en premios y concursos internacionales, nacionales y provinciales de Periodismo. Fue merecedor del Premio Provincial Periodístico Manuel Hurtado del Valle (Cienfuegos) por la Obra de la Vida – 2012. Le fue conferido el Sello de Laureado, otorgado por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura (SNTC). Mantiene evaluación profesional de Excepcional.
