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Persiste la huella del poliuretano

La justa de natación del XV Campeonato Mundial de Deportes Acuáticos, despedido este domingo en Barcelona, España, regaló un exorbitante dominio estadounidense y la implantación de seis récords mundiales en cinco pruebas del sector femenino.

Un total de 27 registros estremecieron la alberca del Palacio Sant Jordi, en la Ciudad Condal, al significar nuevos límites para la lid, los continentes o el universo. Estos últimos han sido, por supuesto, los más publicitados, sobre todo porque en la edición de Shanghai 2011 apenas se inscribieron dos plusmarcas en la rama varonil.

El entusiasmo, sin embargo, ha sido perturbado por dos cuestiones estadísticas. Una: el ritmo de implantación de los récords del orbe disminuyó respecto a lo visto en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, cuando fueron rotas nueve primacías. Y dos: el fantasma de del poliuretano siguió presente de un modo más que tangible.

Vale recordar que entre febrero del 2008 y diciembre del 2009, la federación internacional (FINA) permitió el uso de trajes elaborados con el novedoso material, primero en un 50 % y luego íntegramente. Los estudios corroboraron que disminuían la resistencia al agua y aumentaban la flotabilidad, ofreciendo indudable ventaja a los nadadores. Las consecuencias no se hicieron esperar y en 23 meses volaron en pedazos tiempos fabulosos de figuras brillantes. Solo en la piscina de curso largo se “disfrutaron” 106 límites universales en 37 de las 40 pruebas establecidas. Y algo similar ocurrió en la alberca corta y con las máximas bajo los cinco aros.

Pero si alguien piensa que todo lo anterior es historia antigua, les cuento que tras las justas de Barcelona 2013 persisten intactos 27 récords mundiales (de 40) impuestos en la veloz época del poliuretano. Las huellas son más profundas en la rama masculina (16 de 20) que en la femenina (11de 20), y se aprecian fundamentalmente en las modalidades de velocidad-fuerza.

A este respecto cabe señalar que tres de las seis plusmarcas estampadas la última semana en la urbe catalana ocurrieron en competencias de resistencia y ritmo (1500 y 800 libres, 200 pecho), en las que influyó menos el uso de la polémica vestimenta. Las pruebas de 50 y 100 metros pecho sí vivieron nuevos hitos por la brillantez de la lituana Ruta Meilutyte y la rusa Yuliya Efimova.

Así pueden escribirse, todavía hoy, uno de los mayores ejemplos del dopaje tecnológico en el deporte.

Honores repartidos

Estados Unidos dominó la natación (13 oros, 8 platas, 8 bronces) y los saltos extremos (1-1-0). China reinó en el clavados (9-2-2), Alemania en aguas abiertas (2-2-2), Rusia en el nado sincronizado (7-0-0), y Hungría (M) y España (F) en el polo acuático. Los norteños le ganaron globalmente a China y Rusia.

Cuba… distante

La pequeña delegación cubana (4) tuvo como mejor actuación la llegada a semifinales del librista Hánser García (100 m), quien esta vez nadó lejos de sus mejores cronos. Pedro Medel, la otra figura de experiencia, volvió a desentonar en el estilo espalda. La aspiración de alcanzar una medalla a este nivel continúa lejos.

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