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Escuela Vocacional Lenin: Devolverle su esplendor

Por MSc. Lic. Antonio   García Brigos, profesor de Matemáticas de la CUJAE

El 31 de enero del 2013 fue un día que   me hizo reflexionar mucho. Todos los   egresados nos felicitábamos por Facebook,   por correo o en persona: la amada  escuela Lenin cumplía sus 39 años   de haber sido fundada por Brezhnev y   nuestro Comandante en Jefe Fidel.

Ese día se hacía realidad uno de   sus grandes sueños: crear una escuela   vocacional en la que los estudiantes   se vinculaban a círculos de interés   atendidos por otras instituciones interesadas,   para ir formando el amor   hacia diferentes especialidades que   eran de importancia para el desarrollo   económico de nuestro país.

La nueva escuela era una fusión   de la Vocacional de Vento y el Instituto   Preuniversitario Especial Raúl Cepero   Bonilla, ambas con muy buenos profesores,   pero sin todos los recursos para la   formación integral de sus estudiantes.

La Lenin surgía con los más adelantados   laboratorios de física, química   e idiomas, donados por la antigua   URSS, teníamos piscinas olímpicas y   un tanque de clavados, un gimnasio   con todas las condiciones, un edificio   completo dedicado a la formación cultural,   un teatro y varios anfiteatros,   industrias para vincular el estudio   con el trabajo, etcétera.

Ya la escuela ha logrado 39 graduaciones   y este que trascurre es nuestro   año del aniversario 40. Por parte   de los egresados va estar lleno de actividades   conmemorativas. ¿Pero tiene   para el país (MINED, MES, la propia   escuela Lenin, etcétera) este año la   misma importancia que para los miles   que hemos pasado por ella? Para mi   dolor, al parecer la respuesta es NO.

Aunque hace pocos años la prensa   habló de la importancia de esta escuela   para formar los futuros ingenieros,   científicos (y yo agregaría también dirigentes,   artistas y muchísimos ejemplos   más en todas las esferas), no se ha   hecho nada, o muy poco, por ella.

Esto a pesar de ser una de las   pocas escuelas internas que aún tenemos,   lo que podría ser una ventaja   para recibir un apoyo económico institucional   diferenciado. La realidad es   que incluso muchos estudiantes muy   buenos han dejado de optar por ella,   por sus malas condiciones de vida, lo   que considero una gran derrota.

¿No es posible vincular la escuela   con centros de investigación como el   CIGB, CIM, universidades, industrias,   etcétera, y así poder trabajar por recuperar   el espíritu por el que fue creada?   ¿No es posible que centros del país que   sientan interés en recibir en un futuro   trabajadores con una buena formación,   aporten para que la escuela pueda tener   de nuevo buenos laboratorios?

Creo que todos unidos podemos lograr   que la escuela Lenin de nuevo tenga   el esplendor que tuvo y que los jóvenes   al poner en una balanza las ventajas   de estar en un Pre de la calle o acceder   a todas estas posibilidades de estudios,   decidan por esto último.

Yo fui estudiante, profesor de la   Lenin y aún sigo siendo profesor, lo   que me permite tener una visión de ella   desde muchos ángulos. Ahora en la CUJAE   he tenido la oportunidad de recibir   magníficos estudiantes para formarlos   como ingenieros y una buena parte de   ellos son egresados de esa maravillosa   escuela.

¿Dejará de existir este sueño que el   Comandante en Jefe logró hacer realidad?   Me gustaría que, junto con las   autoridades pertinentes, reflexionemos   sobre este tema, encontremos las respuestas   y emprendamos acciones para   revertir esta situación.

ACLARACIÓN   Estimados lectores, por error de   redacción, en la edición del 27 de mayo en esta sección, en el texto   sobre las respuestas de Fiscalía   se cambió el segundo nombre del   vicefiscal general de la República;   debió escribirse Carlos Raúl Concepción   Rangel.   Ofrecemos disculpas.

Tomado de la Redacción de Buzón abierto

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