La muerte a veces no sorprende. Escuché la noticia como algo que estaba por llegar y vinieron a mi mente los más gratos recuerdos de un hombre que vivió a plenitud sus 91 años; lo mismo en las penurias del campo y la forja de la subsistencia, que en la lucha por las reivindicaciones de los guajiros, en su incomparable liderazgo o al asimilar cada condición que le impuso la vida. Continuar leyendo

