Un hombre sencillo, de una humildad y dignidad tremendas, pidió a los cubanos que este 12 de septiembre pusiéramos alrededor de un árbol ― o simplemente nos colocáramos en la ropa ― una cinta amarilla para pedir que sus cuatro hermanos, presos injustamente en cárceles estadounidenses, regresen a su patria Continuar leyendo

