Cuerpos horriblemente mutilados, hierros retorcidos e incandescentes lanzados a cientos de metros de distancia, fuego por todas partes, estruendo de proyectiles al estallar cuando los alcanzaban las llamas, gritos de dolor de los heridos, convirtieron en un verdadero infierno el muelle de la Pan American Docks, del puerto de La Habana, donde volaron por los… Continuar leyendo


