Marina de la Caridad Rodríguez atesora belleza y pasión. Esa mezcla le imprime a su accionar sobre la palanqueta un combustible de ilusión que contagia y seduce. Heroína de la primera gesta de nuestras pesistas con su plata en Toronto 2015, tiene su particular historia de superación en la siempre complicada vida deportiva Continuar leyendo

