Pinar del Río.— Lo más perdurable del juego de los veteranos —octava ocasión que se celebra, con el sexto éxito para Orientales, esta vez 6-0— no es el marcador, la forma física de los peloteros ni siquiera el número de entradas a jugar (que bien pudieran ser seis o siete en lugar de cinco). Lo más perdurable es su huella sobre el terreno y esas ganas de fildear, correr, pitchear o batear para una afición que se deleitó con sus triunfos. Continuar leyendo

