El camino no será fácil ni estará exento de contradicciones y nuevas polémicas, pero vale la pena intentarlo, porque nos hará un mejor país, una sociedad más revolucionaria y progresista, que cada vez incorpora más derechos para su pueblo, y perfecciona las estructuras de dirección estatal y gubernamental, con un mayor control y participación popular en su gestión. Continuar leyendo

