Baracoa.— Las ganas de llegar a Baracoa nuevamente, de probar sus cucuruchos y chocolate, de admirar su belleza arquitectónica y la historia que parece clavada en sus calles y gentes, me dejaron ya los primeros pasajes impredecibles de este VI Clásico Nacional de Ciclismo, más cuando se trata de un ciclista-periodista o viceversa, que año… Continuar leyendo


