Lo vi bajarse de la ambulancia en la meta. Sangraba la rodilla, aunque un vendaje intentaba calmar la fuerza roja del líquido vital. En el hombro un fuerte rasponazo era otra huella de la caída y como si fuera poco dos perforaciones en la cadera, un codo lastimado, la licra rajada a la altura del… Continuar leyendo


