Debe ser este el único cumpleaños en el que un corazón quebrado invalida toda similitud con la tristeza. Y es que así, hecho añicos, late el centro mismo de Sancti Spíritus en una agitación que significa renacimiento. Las excavadoras rompieron la quietud del parque Serafín Sánchez desde hace unos meses; y fue tal la conexión entre el hierro y la tierra, que de ese primer toque entre ambos, manaron historias de ultratumba. Continuar leyendo

