Interrogantes congeladas

Interrogantes congeladas

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Joel Rodríguez Olivero, trabajador por cuenta propia, firmó contrato el 8 de enero del pasado año con la empresa Ferrocarriles Centro de Villa Clara, para dar mantenimiento y reparar 13 computadoras de dicha entidad, avalado por su licencia para arreglar equipos de oficina.

En su carta expone que esto “se ejecutó con piezas procedentes de México y Estados Unidos, las que entraron al país por el aeropuerto internacional José Martí, lo cual está respaldado por la ley”.

El pago procedió una vez concluido el servicio y de conformidad con el cliente. Una primera transferencia fue realizada por la empresa en febrero del 2014 y las dos restantes el 31 de julio, día en que Joel efectuó una extracción.

Pero el 2 de agosto este lector, con domicilio en la barriada capitalina de Nuevo Vedado, no pudo hacer ninguna operación y el lunes 4 acudió a la sucursal 232 del Banco Metropolitano para saber qué problemas tenía su cuenta.

“La funcionaria de Banca Personal me explicó que estaba congelada por pérdida, algo incierto, pues yo tenía en mi poder la tarjeta magnética. Al preguntar a la Comercial, esta me dijo que fuera al día siguiente para averiguar la causa”, asegura a Buzón abierto.

Así lo hizo y le comunicaron que el Banco Metropolitano en O’Reilly 402, informó que la cuenta estaba congelada por la transferencia efectuada y le indican que debía presentar el contrato, orden de trabajo o factura y una descripción de cómo realizaba sus labores con empresas estatales.

“Todo se recogió en acta para enviarla a Cuba y O’Reilly y esperar respuesta, la cual no supieron decir qué tiempo demoraría ni qué solución tendría”, refiere.

Joel contactó con el Banco Metropolitano y una de sus funcionarias le planteó que la causa de la cancelación era debido a que la transacción era investigada por el Banco de Crédito y Comercio de Villa Clara, y tenían que esperar su pronunciamiento.

Relata que transcurridos varios días y a tanta insistencia de su parte acordó una reunión con la directora de la sucursal y el Departamento de Capital Ilícito del Banco Metropolitano S.A.

“Allí recogieron en acta los nombres de quienes hacían las compras en el exterior y de la tienda, país de procedencia de las facturas, monto de salario que se acordó pagar mientras estuviera la cuenta congelada, cómo yo hacia los cambios de moneda y la documentación del ayudante contratado”, puntualiza.

Dice que en ningún momento revisaron a fondo los contratos y facturas firmadas entre la empresa y él. No obstante y según lo acordado, retornó al día siguiente a fin de actualizar los papeles de su cuenta y convenir el pago de salario suyo y el del trabajador que tiene empleado. “Esto no lo logro entender, pues me parece arbitraria la decisión del banco de descongelarla para pagar un salario y volverla a su estado anterior”, enfatiza Joel.

Paralelo a estas gestiones, la empresa villaclareña le informa que está siendo auditada por la Contraloría General de la República, por haber hecho una transferencia a un cuentapropista por un monto superior a 50 mil pesos.

“Además, el director me comunica que la auditora le indicó verbalmente que debo reintegrar el dinero recibido en la cuenta por mis servicios y ellos, a su vez, devolverme las piezas y pagar una depreciación de los medios por el tiempo de uso. ¡Una barbaridad económica!”, enfatiza.

Por ello, y conformes ambas partes, el 21 de octubre rubricamos un nuevo contrato. “Pero cuando la empresa lo presentó a su sucursal bancaria, esta le congeló la cuenta, por lo que aún no se ha podido materializar ese documento”, añade.

El último día de diciembre del 2014 fue que por primera vez la filial bancaria le pidió algunos papeles, aunque no supieron decirle cuáles; solo expresaron que eran órdenes de “arriba”. Debido a ello solicitó un encuentro en los primeros días de enero, con la presencia de su abogado, para cumplir lo demandado, subraya. Lamentablemente —concluye su misiva— hasta ahora no ha tenido respuesta del banco, sigue con la cuenta congelada sin saber por qué y los trámites efectuados han sido a petición suya.

Lo complicado del asunto me impide tomar partido, aunque sí considero como un mal procedimiento congelar la cuenta a un cliente por casi ocho meses y sin explicación. Más que todo solicitamos respuesta de las autoridades bancarias. Y ojalá que no estén ocurriendo otros casos como el de Joel.

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3 comentarios en Interrogantes congeladas

  1. !!Que barbaridad!! es insolito consebir las leyes del estado, Cito: Además, el director me comunica que la auditora le indicó verbalmente que debo reintegrar el dinero recibido en la cuenta por mis servicios y ellos, a su vez, devolverme las piezas y pagar una depreciación de los medios por el tiempo de uso. ¡Una barbaridad económica!”, enfatiza.

    entonces yo puedo devolver el refrigerador que le cambie y pague, y ellos me devolveran el refri viejo y el dinero, con una depreciacion, ¿lo haran?, o no tengo derecho? esto es un tema que da verguenza…

  2. Aquí hay de todo, desde funcionarios chupándose el dedo, pasando por «ingenuidades» de nuestro sistema empresarial, hasta arbitrariedades de nuestra flamante banca.
    Como dice el periodista, difícil tomar partido, pues más difíl es para los funcionarios que tendrán que explicar las violaciones al derecho y las «violaciones» a la legalidad.

  3. esta relacion comercial tiene un único problema en las dos partes, primero la empresa no puede aceptar que como servicios le facturen partes y piezas, en este caso de computadoras, aun cuando tengan una procedencia «licita», y de parte del cuenta propista, pues lo que la aduana permite importar es «solo sin caracter comercial» y en este caso, se esta comercializando, por esto las comillas a la palabra «lícita», es decir, nada de lo que un pasajero importe por la aduana puede realizarlo para su posterior comercialización.

    saludos

    silvio

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