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Para Gabriel Febles Mena el desarrollo de habilidades para el manejo animal se ha convertido en un propósito. A sus 18 años está convencido de cuál será su futuro: médico veterinario y cooperativista.
Tal certeza le viene por herencia, pues en su natal Bacuranao —al este de la capital— creció viendo trabajar en el campo a su abuelo y a su tío maternos. De ahí que un entorno como el Instituto Politécnico Agropecuario (IPA) Villena-Revolución le venga como anillo al dedo para alcanzar sus aspiraciones.
En la institución, de la enseñanza técnica y profesional (ETP), Gabriel estudia 4º año de Zootecnia Veterinaria y actualmente se especializa en reproducción; de ahí que domine las diferentes patologías que se presentan antes o después del parto.
“Si es necesario también asisto el alumbramiento —aseguró—. Me gusta todo lo relacionado con este asunto y los conocimientos los aplico además en la finca donde resido”.
Novedades en la formación
Jorge López Cuesta labora en el IPA hace 44 años, de los 52 que tiene de creado. El Máster en Ciencias de la Educación y Doctor en Medicina Veterinaria considera muy favorable la especialización de los educandos; la cual comenzó el curso pasado para el obrero calificado con la de inseminación artificial.
Ahora la práctica se ha extendido. Los currículos son de carácter nacional —explicó— pero las características de la agricultura en el territorio permiten una mejor formación.
Así, en la actualidad las prioridades se centran en las especialidades de reproducción y alimentación del ganado, y en sanidad vegetal, para los técnicos de nivel medio en Zootecnia Veterinaria y Agronomía, respectivamente. En el caso de los obreros calificados la demanda está encaminada a injertadores, fumigadores e inseminadores.
El también coordinador de la enseñanza práctica a nivel de centro subrayó que la delegación de Agricultura en el municipio de Boyeros labora para fomentar una estrategia agroecológica, y en este sentido ya el IPA forma fuerza de trabajo calificada, tanto para el sector estatal como para el no estatal.
Flexibilidad de horarios favorece formación vocacional
Al margen de la orientación profesional, el politécnico busca nuevas alternativas para fomentar la formación vocacional, una arista indispensable para coadyuvar el amor por la tierra y el campo.
El máster Julio Alberto Salve Vidal, subdirector docente, contó la experiencia que el politécnico desarrolla con estudiantes de 7º grado de la secundaria básica Félix Varela del territorio, lo cual se materializa un día a la semana en la sección de la tarde, teniendo en cuenta los pioneros que residen cerca y los hijos de productores o trabajadores de cooperativas.
“Hemos establecido un programa de visitas —comentó— por las vaquerías típicas (en la parte pecuaria) y los organopónicos, parcelas, áreas de producción de materia orgánica (en la esfera agrícola). Nuestros alumnos atienden a los visitantes y de conjunto participan en algunos proyectos a través de las tareas integradoras y las sociedades científicas”.
Agregó que la orientación profesional no se descuida, y desde que los educandos ingresan al politécnico se incentiva mediante las prácticas, ya sea por la inserción en unidades productivas o en la relación estudio-trabajo para adquirir habilidades básicas.
Asimismo, los que cursan 4º año (como técnicos de nivel medio) se insertan durante la práctica preprofesional tanto en entidades estatales como no estatales, por lo que hoy 36 de ellos están incorporados en cooperativas de la Anap.
La amplitud de los perfiles de formación favorece el vínculo entre las especialidades. Así, por ejemplo, un zootecnista veterinario puede laborar en una cooperativa de finalidad agrícola, donde seguramente hay animales y el cuidado queda en buenas manos.
