Play Off de la 64 Serie Nacional: ¿Ese es el debate?

Play Off de la 64 Serie Nacional: ¿Ese es el debate?

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Cuando hace unos días informamos en un post sobre los cambios que la Comisión Nacional de Béisbol (CNB) proponía para el cierre de la 64 Serie Nacional no faltaron preguntas de los seguidores sobre qué opinión tenía este periodista al respecto. Hoy el panorama se torna más complicado, porque la Serie del Caribe del 2026, prevista para Caracas, Venezuela, anda también bajo el foco del cambio de sede y nadie sabe si Cuba será invitada de concretarse esa permuta a otra nación.

 

 

Hay tres aspectos claves que sacan las mayores chispas en los cambios que pretende introducir la CNB para esta conclusión del campeonato. Uno es lo relacionado con la celebración solo de aquellos juegos sellados o no efectuados que decidan clasificación a la postemporada, no lugares en la tabla de posiciones. El segundo tema es acortar cuartos de final y semifinal a series de cinco en lugar de siete pleitos. Y un tercer bombazo es que los jugadores envueltos en la final no podrán ser convocados para la Serie de las Américas en Panamá, adonde irá una selección nacional, como preparación al Clásico Mundial.

Por supuesto, todo esto es modificación al Reglamento aprobado en el Congresillo del evento y si bien el tema económico hace lo suyo en cuanto a transporte, alojamiento y alimentación, lo que más molesta es la poca seriedad que se da a lo acordado. Nadie mandó a buscar al huracán Melissa para detener la Serie ni nadie es responsable de otros inconvenientes que pospusieron juegos.

Sin embargo, lo mínimo que debe garantizarse es que los 8 primeros clasificados salgan del orden que se ganen, sin que resten encuentros por celebrarse que puedan impedir una subida o bajada de escalones del 3 al 8. En ediciones pasadas hemos visto equipos que acomodan con derrotas casi inexplicables el cruce que tendrán en cuartos de final. Y evitarlo es tarea de los organizadores.

En cuanto a la reducción de cinco a siete partidos en cuartos de final y semifinal pasa algo parecido. Lo entendible es que si no se hace así no se llega a tiempo a los eventos internacionales de enero y febrero, pero lo incomprensible es: ¿hasta cuándo supeditaremos nuestro principal evento beisbolero del país y del deporte nacional a lides foráneas?

Tampoco se trata de si van más o menos aficionados a esos partidos (se han jugado play off con estadios semivacíos también), sino de respetar lo acordado.

Que se alarga un poco más la discusión del título es verdad, pero si a la Serie del Caribe, que debe empezar el primero de febrero, ya se determinó que iba Ciego de Ávila como campeón de la tercera Liga Elite, cuál es el apuro. Los jugadores que estén involucrados en la nómina avileña como refuerzos y a la vez en la final nacional pueden salir de sus equipos (nunca serán más de 5) y la discusión del cetro nacional puede seguirse celebrando sin problemas.

Para colmo, México, Dominicana y Puerto Rico ya dijeron que no van a la Serie del Caribe en Venezuela por el lógico peligro de guerra que vive esa nación sudamericana y nadie sabe si el país que tome el batón nos invitará como hizo la federación venezolana en su condición de sede. Y otra vez nosotros cambiamos y adaptamos lo nuestro en función de una invitación internacional incierta hasta el momento que escribimos este material.

Finalmente, el tercer tema no es menos polémico que los anteriores. Decir que los jugadores involucrados en la final no podrán ir entonces a la Serie de las Américas en Panamá, adonde mandaremos una escuadra nacional como preparación al Clásico Mundial, es una injusticia tremenda. Ese evento empieza el 26, pero quien se ganó su puesto por su rendimiento no debe ser excluido. El uniforme nacional siempre es prioridad, y solo si el jugador escogido renuncie a vestirlo por defender el de su provincia en una final nacional debería respetarse, no imponerlo como condición primaria o previa.

También sabemos que pueden ser apenas 10 o 12 jugadores de la Serie Nacional los que estén en la mira del mentor Germán Mesa y su cuerpo técnico para el Clásico, e incluso si fueran más, si fuera un equipo íntegro como cantera al Clásico porque los peloteros cubanos que juegan en ligas profesionales no reciban permiso para esa fecha todavía, se actuaría en consecuencia. Tiene derecho a asistir quien sea elegido, aunque su equipo provincial esté envuelto en la final, la cual por cierto, también puede ser pospuesta para la segunda semana de febrero, cuando se regrese del evento panameño y de la Serie del Caribe si finalmente nos invitan.

Reitero, lo más contradictorio sigue siendo no respetar lo pactado y adecuar siempre nosotros a última hora el calendario nacional a los vericuetos internacionales. Ojalá y se repiensen estos temas. Sería, al menos, echar menos polvo y paja, a una Serie Nacional que, contra viento y marea, se acerca al mejor momento que podemos esperar de ella como espectáculo.

Acerca del autor

Máster en Ciencias de la Comunicación. Director del Periódico Trabajadores desde el 1 de julio del 2024. Editor-jefe de la Redacción Deportiva desde 2007. Ha participado en coberturas periodísticas de Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa Intercontinental de Béisbol, Clásico Mundial de Béisbol, Campeonatos Mundiales de Judo, entre otras. Profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, Cuba.

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