Cargando...La actuación de la delegación cubana en los II Juegos Panamericanos Júnior en Asunción, Paraguay, dejó claras señales de la realidad de nuestro movimiento deportivo (con luces cada vez más disminuidas y sombras muy bien definidas hacia lo que no podemos llegar como llegábamos antes), sin dejar de reconocer que cada desempeño de los menores de 23 años en la capital paraguaya mereció un aplauso de entrega y amor al deporte, haya terminado o no con medallas.
Para comentar las lecciones que nos deja esta primera justa multideportiva del ciclo 2025-2028 hay que identificar varias ideas básicas sobre lo sucedido, con historias de vida incluidas. Asimismo, dejar claro que la comparación con la edición anterior no es siempre lo más correcto y feliz por factores de contexto; mientras la calidad de estos juegos sigue creciendo, a pesar de las dudas acerca de su sobrevivencia por el alto costo que siempre tiene aparejado su organización.
Fueron decenas los ejemplos de deportistas cubanos que enfrentaron la justa con más arrojo y bomba que condiciones técnicas ideales para vencer. Ahí está el bronce del equipo de tiro con arco; los oros del remo y el canotaje o simplemente la carrera de Oleysi Ferrer en los 3 mil con obstáculos, coronado contra todos los vaticinios.
Es imposible comparar solo cuantitativamente Cali Valle 2021 (29 oros y 70 preseas en total para Cuba) con esta edición del 2025 (19 doradas y 43 en general) por los contextos sociales y económicos en que se celebraron cada Juego. El de hace cuatro estuvo marcado por la salida de una pandemia (Covid-19) que afectó a todas las naciones por igual, incluso solo asistieron 31 países; mientras el de ahora significó demasiadas restricciones en la preparación para los nuestros por la difícil situación económica que enfrenta el país, expresado en concreto para los atletas en menos alimentación, transporte, posibilidades de topes internacionales, etc. Y todo eso afecta.
Otro elemento a tener en cuenta es que no se realizó la misma convocatoria de disciplinas (boxeo y béisbol, por ejemplo, no estuvieron ahora) y tampoco potencias tradicionales a nivel de América como Estados Unidos y Canadá envían todavía sus mejores talentos en la categoría juvenil, pues los clubes profesionales no negocian con facilidad sus contratos en esta categoría, y menos para un certamen que está naciendo y el único incentivo real es una clasificación a los Juegos Panamericanos de Lima 2027 para los campeones.
No obstante, nos atrevemos a listar ALGUNAS LECCIONES que dejaron para Cuba esta lid de Asunción, que quizás sirvan para acciones y cambios en el modo de pensamiento de dirigentes deportivos, entrenadores y hasta de los propios colegas en la comunicación deportiva. Nos atrevemos
– Cuba no debe renunciar a tener campeones y al mejor lugar posible en unos juegos múltiples, pero practicar deporte de alto rendimiento exige niveles de aseguramiento que hoy nuestra economía no puede sostener a los niveles que tuvimos hasta el 2011.
– Se impone despojar el triunfalismo en pronósticos oficiales y en la evaluación que hacemos desde los medios de comunicación (esta vez se habló con más claridad) y aterrizar análisis con variables que cruzan y a veces atraviesan preparaciones y competencias. Sin ser conformistas nunca, hoy el lugar que nos corresponde es entre las cuatro primeras naciones del área centroamericana y del Caribe, entre las ocho potencias en América y entre las 20 del concierto olímpico.
– Hay que fomentar las mejores y más actualizadas tendencias del entrenamiento deportivo en todos los deportes; potenciar el trabajo psicológico (unas de las fortalezas a veces subestimada) y cada vez aspirar a una eficiencia superior con los talentos más sobresalientes en los deportes que históricamente hemos sido fuertes.
– La desaparición de las Escuelas de Perfeccionamiento Atlético (ESPA) es causa directa de lo visto en Cali Valle 2021 y Asunción 2025. De ahí que es ponderable haber recuperado una de esas escuelas (en Occidente) para agrupar lo mejor de la categoría juvenil. Falta todavía la del Centro y Oriente. No será la varita mágica para los bisoños, pero permitirá concentrar y no perder una suma nada despreciable de deportistas después de su paso por las Escuelas de Iniciación Deportiva (EIDE).
– A la hora de poner los pocos recursos que tenemos para una preparación internacional hay disciplinas que históricamente son priorizadas y deben seguirlo siendo (boxeo, atletismo, judo, lucha y taekwondo), otras que se lo han ido ganando y están quizás ya al mismo nivel (el canotaje especialmente); en tanto queda otro pelotón de deportes individuales y colectivos que deben oxigenarse con otros métodos o búsqueda de preparación internacional como ya lo vienen haciendo (voleibol, tenis de mesa, pesas, baloncesto, balonmano, esgrima).
– El patriotismo de una delegación no debe seguirse evaluando por cuantos la abandonan o no antes de regresar. Son procesos de emigración muy duros que tiene Cuba hoy en el deporte y en otras esferas. Lo válido siempre será competir con honor, gallardía y sin rendirse por las cuatro letras que llevan en el pecho y acercarse incluso (como ya se viene haciendo, aunque todavía muy lentamente) para una relación de respeto y representación con quienes decidieron vivir fuera, pero tienen a Cuba en su ADN por siempre.
– Ya estos Juegos de Asunción 2025 son historias. Ahora emprendemos el recorrido por los Centroamericanos y del Caribe en Santo Domingo 2026, los Panamericanos de Lima 2027 y los Olímpicos de Los Ángeles 2028. El deporte no es la esencia de la vida, pero nos enorgullece, nos dignifica y nos hace unirnos como nación siempre. Defendámoslo así.
Mañana hablaremos de la Serie Nacional… Los espero…
Acerca del autor
Máster en Ciencias de la Comunicación. Director del Periódico Trabajadores desde el 1 de julio del 2024. Editor-jefe de la Redacción Deportiva desde 2007. Ha participado en coberturas periodísticas de Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa Intercontinental de Béisbol, Clásico Mundial de Béisbol, Campeonatos Mundiales de Judo, entre otras. Profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, Cuba.
Si no rectificamos las distorsiones, propiedad privada y éxodo, hasta la Revolución la vamos a perder, qué decir del deporte. Aunque es la tendencia so pretexto de financiamiento, la mercantilización irá anulando el ameteurismo nacional, han fabricado el mito de entrenar en ligas, el que se va como regla no vuelve. Saludos Pablo
Excelente comentario como siempre. Saludos desde Ciego de Ávila