Durante estos 55 años Trabajadores ha tenido seis directores. El primero fue Jaime Gravalosa Contreras (hasta 1977), le siguieron José M. Ortiz Ortiz (1977-1981), Magali García Moré (1981-1985), Jorge Luis Canela Ciurana, en dos etapas: (1986-1992) y (1995-2011), Frank Agüero Gómez (1992-1995) y Alberto Núñez Betancourt (2011-2024). Actualmente dirige la publicación Joel García León.
Ofrecemos a nuestros lectores el testimonio de cuatro directores, dos de ellos jubilados: Frank y Magali; y Alberto, que hoy está al frente de la revista Bohemia, y uno fallecido, Jorge Luis Canela Ciurana.

Jorge Luis Canela Ciurana, ya fallecido, fue el director de mayor permanencia en el periódico. En su memoria incluimos fragmentos de un testimonio que ofreció en un aniversario.
“Luego de más de 10 años en una revista mensual, al ingresar a nuestro colectivo sentí la emoción de regresar a mis orígenes en el diario Adelante, de Camagüey, bajo la presión del cierre nocturno y una similar carencia de recursos —y no pocas veces de comprensión— para cumplir con altura profesional el papel que le corresponde a nuestra prensa.
“En Trabajadores he vivido la experiencia poco común de ocupar la dirección del periódico en dos etapas separadas por un lapso de tres años durante los cuales cumplí otras funciones. El hecho, irrelevante en sí mismo, solo merece ser recordado para subrayar la generosidad y el cariño del colectivo que me acogió nuevamente como si solo nos hubiéramos dejado de ver unas pocas horas”.

Ocupar la plaza de directora de Trabajadores fue para mí una sorpresa y a la vez una gran responsabilidad. En el periódico Granma había estado un período de 12 años, pero como reportera, no con responsabilidades de dirección.
Trabajadores tenía un menor número de periodistas y fue interesante porque aun cuando no nos conociéramos —teníamos referencias de algunos pero no de todos—, tuvimos un modo de acercarnos: proponer lo que nos parecía mejor para el periódico y hacerlo de manera que pudiéramos unir criterios míos y los de ellos, para no romper el ritmo y la unión que habíamos logrado desde los primeros tiempos en que llegué a la publicación.
Así fuimos cumpliendo lo que nosotros mismos nos proponíamos, tal como nos pedían los lectores y la Central de Trabajadores de Cuba, que fue muy coherente con la dirección de Trabajadores, sin imposiciones de criterios, sino mostrándonos los caminos por los que podíamos llegar.
Saber cuáles eran los objetivos de cada período, de cada momento, nos ayudó muchoy siempre pudimos encontrar las vías más interesantes y mejores.
Tuve compañeros excelentes, y hay dos personas de las que no puedo dejar de hablar: Julio García Luis y Renato Recio, que no están físicamente con nosotros pero que todo el tiempo manifestaron su capacidad, su tenacidad, su unidad en sus relaciones con los demás.
Me parece que todo lo que hicimos durante esos años debemos tenerlo como experiencia y como tal hoy podemos reiterar muchas de las formas en que trabajamos. Eso va a ayudar a los que llegan nuevos y a los que están allí desde hace años demostrando lo que pudieron hacer y lo que pueden seguir haciendo.

Con respecto a mis experiencias en Trabajadores la que más me conmovió fue encontrarme con la calidad del colectivo, tanto de periodistas como de los demás compañeros, muy laboriosos y sencillos, y la disposición a enfrentar tareas tan complejas como aquellas que hicimos durante el período especial, que fue tratar de esclarecer a los trabajadores y a toda la población sobre las dificultades que venía afrontando el país para adoptar un plan de medidas que contribuyese a superar lo más pronto posible esa situación.
Me enorgullece haber conducido al periódico en esa etapa, un trabajo en el que participaron prácticamente todos los compañeros de la redacción. No solo se libró esa batalla a través de los editoriales sino mediante reportajes, artículos y entrevistas que acompañaban el esclarecimiento de tareas y misiones que tenían que enfrentar los trabajadores con sus iniciativas.
En ese período contamos con la colaboración y la dirección de la Central de Trabajadores de Cuba encabezada por Pedro Ross Leal, que era el secretario general de la CTC en esa etapa, y también del Secretariado y muy particularmente de la supervisión, aprobación y hasta de la dirección del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, que estaba muy al tanto de lo que publicábamos, nos sugería temas y también elogió la labor que venía haciendo el periódico.
En cuanto a la experiencia que podría transmitirle al colectivo actual la he dicho en las distintas ocasiones en las que he participado como colaborador o asesor en el órgano que se creó recientemente con ese fin por la dirección del periódico: lo más importante es preservar la relación de trabajo entre la CTC y el periódico, entre los sindicatos y los periodistas y que estos no pierdan la capacidad de husmear, de estar atentos a la opinión pública, de conocer las dificultades y las inquietudes de los trabajadores en su desempeño laboral y en su vida cotidiana.

Durante ese tiempo para mí el periódico resultó un aprendizaje, vocablo abarcador que encierra en primer lugar crecimiento en el ámbito personal, profesional y de labor de dirección.
Dirigir a un colectivo de un centenar de trabajadores, con algunos ubicados en las provincias como corresponsales, tiene una complejidad, pero siempre tratamos de que la fórmula fuera hacer equipo, de que existiera una motivación y enfrentar con participación la tarea editorial de cada día y cualquier otra que apareciera, fuera el nombre de un eslogan a propósito de una fecha determinada o de una sección que debía enriquecer las páginas de nuestro impreso. En ese intercambio salía lo mejor.
Viví con mucha satisfacción en esos 13 años de labor de dirección el hecho de preparar para su publicación y asistir a dos congresos de la Central de Trabajadores de Cuba; de vivir la experiencia de dos aniversarios cerrados, y también de ser testigo de la llegada del color a la prensa.
Guardaré con emoción por toda la vida la edición especial dedicada al Comandante en Jefe a propósito de su fallecimiento, que ocurrió un viernes en la noche, el periódico semanal lo teníamos hecho, pero de pronto nos vimos urgentemente el sábado y tuvimos que hacer las 16 páginas en un día, ahí se demostró la labor de equipo, la motivación y el sentimiento de rendir homenaje al Líder Histórico de la Revolución cubana.
Son momentos muy importantes que guardo, como también recibí con honor la noticia de que había sido propuesto como candidato a diputado por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura.
Lo que sugeriría en lo adelante a este equipo de trabajo, que ya lo viene haciendo, es mantener la unidad, que vea en el quehacer diario motivación y logre abrir nuevos horizontes, sobre todo en el universo digital, y de ahí vendrán los resultados.
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