Cuando quiso agradecer, el llanto contenido no le dejaba articular palabra.

De pie ante el auditorio, no hallaba cómo hacerlo el padre de la poetisa mayabequense Dania Margarita Valle Turró —fallecida reciente y prematuramente—, después que sus compañeros de labor de la Editorial Montecallado le rindieron tributo con la publicación póstuma de su libro Brisas del estío, presentación seguida por un aluvión de cariños a su memoria. La madre y el hermano de la escritora permanecían a su lado, sentados, sumidos en una conmoción indescifrable.

En la sala de presentación que rinde homenaje permanente a un grande de las letras cubanas nacido en este territorio, Félix Pita Rodríguez, se sucedieron varios momentos que revelaron esa misma vocación de no al olvido:
Otro autor desaparecido físicamente, Juan Carlos Garrote, fue evocado con las páginas de su Memorial del pulso y un manojo de anécdotas que lo devolvieron íntegro y ocurrente y fraterno como siempre.

Los versos transparentes de un conocido repentista, Orestes Pérez, aderezados por su natural sentido del humor, nos ofreció su autor a través de su libro Por el canto de un poeta, para no olvidar que los decimistas improvisadores también tienen obra atendible en la esfera escrita de la poesía en décimas.

Los muchos avatares del cuarto de siglo del Sistema de Ediciones Territoriales en esta región afloraron en un panel formado por los escritores Felicia Hernández Lorenzo, Omar Felipe Mauri, Julio César Llópiz, Roberto Ginebra y Yoel Enríquez. Los dos últimos son los más recientes directores de la Editorial Montecallado.

Esa vocación de impedir que el tiempo nos invalide la debida reverencia a la memoria me pareció una de las virtudes de la Feria Internacional del Libro en su capítulo de Mayabeque, provincia de ricas tradiciones literarias. Digo una de las virtudes: está claro que no fue la única. Allí también el jolgorio popular, la avidez expuesta de las familias por el disfrute de las letras, tal y como ya es habitual en esta tradicional e inmensa fiesta de la lectura. Todo esto gracias, en el hoy y ahora, a esfuerzos superiores de los trabajadores —directivos incluidos— de esta esfera de labor, como es de suponer igualmente afectada por todas las limitaciones económicas que sufre el país, por las razones conocidas.

El periódico Trabajadores y su aniversario 55 estuvieron presentes con la presentación del volumen La décima apuesta, del poeta y periodista Pedro Péglez González, también presidente del Grupo Ala Décima. Se trata de una aproximación al universo de la décima escrita cubana en los últimos años, mediante reseñas sobre diversos poemarios —varios de ellos de la Editorial Montecallado—, publicadas en su momento por este órgano de prensa.

Una de las grandes figuras literarias del territorio, el poeta Francisco Riverón Hernández, da nombre a un certamen convocado anualmente aquí, el cual es considerado ya de obligada referencia en el panorama nacional de esa composición poética y su complejo artístico-literario. El libro premiado en su convocatoria correspondiente al 2021, Cantos fáciles… difíciles, de la escritora y músico Ada Isabel Machín Álvarez (La Habana, 1961, miembro del Grupo Ala Décima) vio también la luz gracias a los empeños de esta casa editorial, y fue presentado por la poetisa Luisa Oneida Landín, vicepresidenta de la colectividad aladecimera, quien leyó párrafos del prólogo aportado por el reconocido poeta y profesor Roberto Manzano.

En esta liza literaria auspiciada por Mayabeque, los libros premiados y publicados antes del que ahora vio la luz, ofrece una variopinta lista de autores:
—I concurso (1999) Viril mariposa dura, de Pedro Péglez González (La Habana, 1945).
—II concurso (2012) El libro del ángel gris, de Elizabeth Álvarez Hernández (Güines, Mayabeque, 1976).
—III concurso (2013) Fe de mí, de Juan Carlos García Guridi (Batabanó, Mayabeque, 1968).
—IV concurso (2014) Conversación con las piedras, de Luis Hernández Serrano (Calabazar, La Habana, 1943).
—V concurso (2015) Striptease de la memoria, de Elizabeth Reinosa Aliaga (Bayamo, Granma, 1988; formada como escritora en Holguín).
—VI concurso (2016) Escape del tiempo, de Carlos Ettiel Gómez Abréu (Jagüey Grande, Matanzas, 1978).
—VII concurso (2017) Errático animal, de Jorge García Prieto (La Habana, 1979).
—VIII concurso (2018) Boca de lobo, de Rolando Ávalos Díaz (La Habana, 1988).
—IX concurso (2019) Fotogramas de Navidad, de Marlen Moreira Alfonso (1964, Esperanza, Las Villas, hoy residente en Mayabeque).
—X concurso (2020) Animal estacionario, de Alexander Jiménez del Toro (Amancio, Las Tunas, 1987).


