Por Amaury M. Valdivia Fernández

Camagüeyanos de todas las edades se mantuvieron en la Plaza de la Revolución Ignacio Agramonte, acompañando al Comandante en Jefe durante su última noche en tierra agramontina.
La madrugada avanzó entre canciones de la Nueva Trova y anécdotas compartidas por quienes pudieron conocerlo. Los más jóvenes, en tanto, recordaron desde sus particulares maneras el paso por esta provincia del hombre que soñó con que Camagüey se convirtiera en un “modelo de desarrollo para los países del Tercer Mundo”.
Un hombre bueno, que nunca estará solo, descansó esta noche en el Salón Jimaguayú, bajo el amparo generoso del “Diamante con alma de beso” y la mirada atenta de sus hijos de estos tiempos. Fue la última noche en que físicamente Fidel estuvo en Camagüey. Solo físicamente.



