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El pensamiento del Comandante en Jefe en el ICAP

El Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) abrió una jornada de celebraciones con motivo del aniversario 65 de su fundación el 30 de diciembre de 1960, con un panel dedicado al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, su pensamiento, acción y la solidaridad internacional.

Foto: Georgina Camacho Leyva

La sede de la institución recibió a 240 amigos de 32 países, y contó también con la presencia de su presidente Fernando González Llort y del primer coronel Orlando Cardoso Villavicencio, ambos Héroes de la República de Cuba, además, Juan Carlos Frómeta, funcionario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Ammar Zorba, embajador de Palestina en Cuba y Edwin González, representante de la misión de Puerto Rico en La Habana.

El director del Centro Fidel Castro, doctor René González Barrios, uno de los panelistas invitados expresó en recuento histórico: “Muchas veces en el mundo los amigos se preguntan ¿De dónde nace la vocación solidaria internacionalista del pueblo cubano? Y los enemigos se cuestionan ¿Por qué los cubanos están en todas partes? Y esas respuestas hay que buscarlas en la propia historia de Cuba. Cuando comienzan las guerras de independencia de América.

“Alrededor de la década del siglo XIX España concentró en este archipiélago todo el poderío militar con el que había dominado este continente. Los cubanos entonces, buscando apoyo para la lucha por la independencia salieron en dos direcciones. Unos se fueron a México (…) Otros a Venezuela (..) Todavía no habíamos empezado a pelear por la independencia y ya 20 cubanos eran generales del ejército mexicano. Dos de ellos jefes del ejército mexicano. Los que se fueron a Venezuela acompañaron a Bolívar en todas las campañas americanas”.

Los cubanos buscando apoyo se vieron involucrados en guerras y hubo identificación, decía René que en 1868 varios puertorriqueños se llenaron de gloria combatiendo en los campos de Cuba. En esa contienda “está registrada la participación de combatientes de más de 50 países, 37 extranjeros llegaron a ser generales del ejército libertador cubano, el primer jefe de esa tropa fue un cubano que había peleado en México, pero el segundo jefe que tuvo el ejército libertador cubano fue un estadounidense, el tercero, un cubano que había peleado en la guerra de secesión en los Estados Unidos y el cuarto, el dominicano que llenó de gloria la historia militar de este continente  y que muchos lo llamaron el Napoleón de la guerrilla fue Máximo Gómez”.

El doctor René González Barrios refirió que “en la Constitución de la Yaya los mambises aprobaron que todos los extranjeros que estaban peleando en las filas del ejército libertador tenían derecho a ser ciudadanos cubanos (…) de ese vínculo de extranjeros peleando por Cuba y de cubanos peleando por otros pueblos fue surgiendo una cultura de solidaridad”.

 

Fidel y su doctrina de solidaridad

Fidel elaboró una doctrina revolucionaria y solidaria a partir de las ideas de Martí, para quien la patria era la humanidad. También para Fidel, subrayó en sus conclusiones, y significó una frase del Líder Histórico de la Revolución cubana que es emblemática, “ser internacionalista es saldar nuestra propia deuda con la humanidad”.

Foto: Jorge Luis Sánchez

Otra de las panelistas, Sisi Abay Díaz, subdirectora del Centro Fidel Castro Ruz, habló de la tradición de estar donde es necesario incluso en medio de las complejas condiciones económicas por las que atraviesa Cuba.

Para eso lo primero es ser buenas personas, hay que tener buenos sentimientos, que son valores humanos que poseía Fidel desde niño cuando era capaz de compartir con los más pobres, las ropas y los zapatos que llevaba puestos, señalo al tiempo que afirmó: “Esa preocupación por el hombre, por el compañero, por el amigo, incluso ese respeto por el enemigo, marcaron matices de su personalidad”.

Ya de joven comentó “entendía que su lugar era donde estuvieran las causas justas, que su lugar era donde estuviera el bienestar de los demás, era en contra de la opresión y en contra del imperialismo”.

En su exposición señaló: “Fidel entendía que mientras la humanidad pudiera estar mejor, mejor estaríamos todos. Que lo más importante era la felicidad del ser humano, pero no la felicidad que basada en las cosas materiales, sino la que te da el crecimiento espiritual. Por eso apostó al conocimiento. Por eso apostó a que las personas necesitaban leer y escribir, para no ser indefensas ante la manipulación de los esquemas de dominación que hacen que mientras menos sabes, menos control de tus ideas tienes, menos voluntad tienes para oponerte”.

Al referirse a los amigos presentes, les expresó que emociona ver cómo sin importarles las situaciones económicas que los aquejan o las condiciones políticas que enfrentan, siempre hay un gesto solidario para Cuba, “que se traduce en un medicamento, en recursos para asegurar una actividad, en muchísimas acciones, algunas muy públicas, otras que nunca vamos a conocer”.

Villavicencio al recordar a Fidel se refirió a la etapa cuando pasó 11 años preso en Somalia siendo muy joven. Siempre que escuchamos o leemos sus recuerdos de entonces encontramos algo nuevo e interesante, y esta vez comentaba sobre su interés al regresar a Cuba por conocer qué había hecho Fidel para lograr su liberación de aquel lugar nefasto donde sufrió tanto.

En una ocasión, dice que durante una actividad en la que estaban Fidel y Gabriel García Márquez, fue precisamente el escritor al que admiraba, quien se le acercó y sin preguntarle le dijo “tú no te imaginas todo lo que hizo Fidel por tu libertad, las gestiones”. Años después lo reviviría cuando el Comandante en Jefe refiriéndose a los Cinco Héroes dijo, ¡Volverán! en medio de una gran batalla.

Foto: Jorge Luis Sánchez

De Fidel dijo el presidente del ICAP que, “la liberación de Cuba nunca fue un proyecto aislado, comprendió que la dignidad de nuestra patria estaba indisolublemente ligada a la dignidad de todos los pueblos del mundo así, la solidaridad se convirtió en trinchera de ideas y en escudo moral de la Revolución. Esa solidaridad se expresa en un internacionalismo práctico y consecuente, compartir lo que tenemos incluso bajo nuestra condición de isla bloqueada y con recursos limitados (…) la solidaridad es el oxígeno de la Revolución y el arma moral más poderosa que tenemos contra la injusticia”. Cuba no está sola.

Seguidamente las voces de muchos de los presentes se hicieron escuchar para manifestar su solidaridad y la de los otros muchos amigos que no pudieron viajar. Rosemary Mealy, escritora estadounidense y gran amiga de Cuba, recordó a Fidel y dijo que representó un símbolo de resistencia global.

Durante su intervención denunció los delitos de agresión contra Venezuela, el robo de petróleo y los crímenes que el gobierno de su país ha cometido en áreas del mar Caribe con el pretexto de luchar contra el tráfico de drogas, así como su complicidad en la barbarie de Israel contra el pueblo palestino.

En el mensaje de solidaridad al ICAP y al pueblo de Cuba, Rosemary reafirmó la importancia del internacionalismo a escala mundial y la resistencia para apoyar la continuidad en la defensa del legado ideológico de Fidel como guía de las naciones soberanas.

En horas de la tarde, en el Centro Fidel Castro, la vicepresidenta primera del ICAP Noemi Rabasa inauguró una exposición fotográfica, con imágenes de Fidel, obra de artistas cubanos y extranjeros en la que se evidencia la práctica de la diplomacia pueblo a pueblo que preconizaba el Comandante en Jefe.

Foto: Georgina Camacho Leyva

También fue cancelado un sello postal conmemorativo por los 65 años del ICAP. Antes de concluir la jornada con matices musicales, se presentó el libro La solidaridad de los pueblos, siempre con Cuba, de la periodista Iliana García Giraldino, quien dijo que el texto es un modesto homenaje a Fidel Castro que inspira el trabajo del Instituto y de los amigos de la solidaridad. Es una historia que se seguirá escribiendo por la generosidad de los amigos y hermanos del mundo que hacen gestos de solidaridad y simpatía por la Revolución, que nos apoyan desinteresadamente. La autora agradeció a Fidel por sembrar las ideas solidarias en el mundo.

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