Habitantes de Soplillar se reunieron para evocar la cena de nochebuena compartida por Fidel Castro Ruz el 24 de diciembre de 1959 junto a varias familias que vivían en las inmediaciones de la esa sureña localidad.

El Memorial-Biblioteca 50 aniversario, que recuerda el histórico acontecimiento, acogió la tradicional actividad político-cultural, presidida por el primer secretario del Comité Municipal del Partido, Bienvenido Roig Chirino.
Precisamente Roig Chirino tuvo a cargo las conclusiones de un acto donde reiteró cómo el líder de la Revolución cubana resolvió participar en aquella velada navideña en tan intrincado paraje de la geografía cubana, dispuesto a no ocultar su admiración por los carboneros y humildes campesinos de este territorio.
Mientras se refería a los logros de la Ciénaga de Zapata, la mente de algunos protagonistas de aquel momento evocaron la fecha, y otros que no vivieron el suceso y se han apropiado de una historia mil veces narrada por abuelos, padres, tíos o por cualquiera que habite en el sitio donde Fidel Castro Ruz inrrimpiera, un invitado que no estaba en los planes de la modesta cena preparada en los bohíos de los matrimonios García Montano y Méndez-Amengual.
Grande fue la sorpresa a pesar de que por medio del doctor Antonio Núñez Jiménez lo supieron. Él llegó primero al lugar y preguntó si Fidel podía cenar con ellos. Extrañados, todos asintieron aunque no entendían qué haría allí un hombre como el líder revolucionario. Núñez se fue y, al cabo de un tiempo prudencial, regresó con algunas provisiones para apoyar la celebración.
A las ocho de la noche apareció Fidel. Venía de la Laguna del Tesoro, donde lo sorprendió el atardecer y ante la pregunta de adónde ir a pasar aquella noche, su respuesta fue precisa: Con los carboneros, a cenar con ellos.

Por primera vez en la historia nacional, un Primer Ministro o Jefe de Estado compartía una festividad tradicional y universal como la nochebuena con los trabajadores más explotados y olvidados de Cuba, ha dicho varias veces un historiador como Julio Antonio Amorín Ponce.
Para Amorín Ponce, la nochebuena del Soplillar selló un año de profundas transformaciones económicas y sociales en el otrora gran pantano. Con esta cubanísima manera de vincularse a los pobres, Fidel sentó la radical posición de ser esta una Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes. La Ciénaga es un ejemplo tácito, me dijo en una ocasión.
Según la página de Facebook de la Asamblea Municipal del Poder Popular de la Ciénaga de Zapata, nueve compañeros recibieron los carnés que los acreditan como militantes del Partido Comunista de Cuba, y 38 fueron reconocidos como trabajadores destacados de los diferentes centros laborales del territorio.

Muy emocionante resultó el agasajo a los hermanos Danel y Darel Sierra Chávez, jóvenes soldados que cumplen el Servicio Militar General en la Unidad Militar 1410, el combatiente internacionalista Alexis del Rosario Miranda, y la subcampeona en levantamiento de pesas de la división de 48 kilogramos en los Juegos Escolares Nacionales, Yiliannis Liu Suárez Moreira.
Amenizada por representantes del Conjunto Artístico Comunitario Korimakao, en la actividad estuvieron participantes de aquel suceso, como Miguel Bonachea Morejón y Aideé García Montano, además de Nemesia Rodríguez Montano.

