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El cuidado de los pies del diabético

Multifactoriales son las causas del pie diabético. Los más importantes factores de riesgo son la neuropatía periférica diabética y la enfermedad vascular periférica.

 

 

La neuropatía diabética somática y autonómica es progresiva y puede hacer que el pie se vuelva insensible, seco y deformado lo cual provoca un alto riesgo de pie diabético. Por su parte la neuropatía somática produce pérdida sensorial, lo que ocasiona que el paciente pueda sufrir un trauma sin darse cuenta de ello.

En la mitad de los pacientes que presentan pie diabético está presente la enfermedad vascular periférica, que es una afección aterosclerótica crónica, Quienes padecen de EVP y pie diabético tienen casi el doble de riesgo de infección del pie.

Hay factores modificables que pueden alejar la posibilidad de estas dos patologías que a su vez son desencadenantes del pie diabético. Se logra con el adecuado control de la presión arterial, de los lípidos, o sea, evitar el aumento de triglicéridos y colesterol LDL, atenderse la obesidad abdominal, y  abandonar el consumo excesivo de alcohol.

Dejar de fumar es fundamental ya que el tabaco favorece el depósito de colesterol y tiene un efecto vasoconstrictor, o sea reduce la capacidad de las arterias y por tanto disminuye la cantidad de sangre que llega a los tejidos.

 

El Heberprot P y la responsabilidad de enfermo por su autocuidado

La ciencia cubana ha acudido en ayuda de estos enfermos con el Heberprot P, producto farmacológico logrado por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) y único en el mundo que se utiliza con éxito para lesiones de alto grado en miembros inferiores de personas diabéticas, al punto que se ha logrado reducir grandemente el riesgo de sufrir las traumáticas y limitantes amputaciones de estas extremidades y sigue siendo también el único producto capaz de prevenir las recurrencias a corto plazo de ese tipo de úlceras.

No obstante, en el surgimiento de esta afección influye mucho la prevención, que parte en primer lugar de mantener bajo control la diabetes y las patologías desencadenantes, como se señaló anteriormente, lo cual se puede complementar con medidas sencillas y al alcance de los pacientes, siempre que se realicen sistemáticamente.

Los especialistas recomiendan no tomar un baño sin antes comprobar que esté tibia. En esto el diabético tendrá que ser ayudado por otra persona o familiar, debido a que su enfermedad suele causar dificultades para apreciar correctamente la temperatura.

Otro consejo es, después del baño, secarse bien los pies y entre los dedos para evitar humedad.

Hay que evitar el uso de ligas, sentarse con las piernas cruzadas, o calzar zapatos apretados; está contraindicado utilizar sandalias o algún tipo de calzado que exponga los dedos.

Si siente los pies fríos, especialmente a la hora de dormir, es conveniente usar medias y abrigarse las piernas sin la ayuda de bolsas de agua caliente ni otro recurso externo.

Los zapatos deben revisarse antes de ponerse, para descubrir algún clavito, piedrecita o arruga en el forro interior.

Es imprescindible acudir al médico si en esa revisión se detecta una ampolla, rasguño o zona irritada y si padece deformidades en los pies mantenerse en la consulta del ortopédico.

Las uñas deben ser cortadas en línea recta y con una tijera apropiada, preferiblemente por otra persona, y ante callosidades lo mejor es utilizar una lija o piedra pómez para eliminarlas a tiempo.

Es importante acudir a las consultas programadas para el control y seguimiento de la diabetes y en cuanto a cualquier señal de aparición de una lesión consultar con el podólogo, que es el profesional de la medicina que se especializa en el diagnóstico y tratamiento de los problemas del pie y el tobillo. También puede intervenir en la atención del paciente el angiólogo que se ocupa de la terapia médica enfocada a la prevención y tratamiento de las enfermedades vasculares.

Fuente: Infomed

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