La aspiración del Estado cubano para el logro de empresas verdaderamente eficientes, de competencias profesionales y atractivas para captar o retener personal, tiene un asidero clave en las diversas maneras para premiar el aporte individual de los trabajadores.
Desde el 2014 hasta la fecha, con más fuerza en el último lustro, ha ocurrido una marcada intención de acercar los ingresos al porcentaje de participación laboral en la creación de bienes y servicios, con normas jurídicas que conceden al sector empresarial facultades para repartir lo más justo posible el resultado de esas riquezas.
Entre las formas remunerativas se inscribe el pago por alto desempeño (PAD), distintivo por su manera selectiva, en tanto está creado para reconocer actos excepcionales de un trabajador o una brigada, tal y como lo estipula el Decreto Ley 34 del 2021.
Para Ondina Molerio Agramonte, directora de Capital Humano en la Empresa de Aprovechamiento Hidráulico de Ciego de Ávila (EAHCA), la alternativa deviene motivadora estimulación moral y material ante hechos extraordinarios.
“Por la esencia de su encargo estatal hay proezas que no pueden pasar desapercibidas en esta entidad”, sostiene Molerio Agramonte, y ejemplifica: “Hace poco 15 obreros realizaron una labor encomiable en el mantenimiento de la obra hidráulica Sabanas Nuevas, y ello se consideró como alto desempeño. Recibieron entre 600 y 3 mil pesos”.
La EAHCA Vanguardia Nacional por 16 años consecutivos, con la regularidad en los pagos por este concepto, demuestra el valor concedido a los hombres y mujeres en su esquema de gestión de los recursos humanos, un manejo que se traduce en los 26 millones de pesos de ganancias en lo que va de año, el 109.1 % del plan.
Y es que precisamente tener utilidades acumuladas, y condiciones económico-financieras idóneas, son requisitos indispensables para poder implementar el PAD.
¿Perder la oportunidad de premiar?
En Ciego de Ávila, el ejemplo de la EAHCA parece estar entre las muy pocas excepciones. Roberto Pérez García, miembro del Secretariado Provincial de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), admite que “todavía no se logra la ampliación del pago por alto desempeño como un mecanismo de estimular a quienes se lo hayan ganado y de incrementar la productividad”.
Expresa la baja aplicación en sindicatos como los de la Administración Pública, Azucareros; Agropecuarios, Forestales y Tabacaleros; Comercio, Gastronomía y Servicios; Industrias; Energía y Minas, y Hotelería y Turismo.
Mario Vázquez Alonso, presidente de la Asociación de Economistas en el municipio de Ciego de Ávila, considera que “en no pocos centros se recurre a la remuneración por resultados, a destajo y por acuerdo, un factor que pudiera estar atentando contra la extensión del PAD”. Sin embargo, estima, donde este se aplica, promueve un efecto psicológico en el trabajador, en el aumento de su eficiencia, de su bienestar emocional.
Esa opinión parece no tenerse muy en cuenta en centrales como el Ciro Redondo. Allí, el aludido honorario es como una materia extraña, similar a las basculadas cada zafra.
Ninguno de los obreros entrevistados conoce el PAD en la mencionada empresa agroindustrial, a pesar de los más de 37 millones 792 mil pesos de ganancias que contabilizó al cierre de septiembre pasado, el 108.4 % de lo previsto.
No hay argumento que convence a Braulio Sequeira Estrada, innovador a quien tanto debiera agradecerse. “Nadie nos ha hablado de esa forma de pago, la remuneración tradicional es minúscula y con tanto desestímulo nos estamos quedando sin personal calificado.
“Aquí hacemos de todo para salvar la producción. “Fabricamos juegos de martillos para la desfibradora que prepara la caña en el basculador. Los originales presentaban grietas en las soldaduras, desprendimientos del metal y se paralizaba la zafra, eso ya no es un problema”, respira y hace una pausa. “No fue tarea fácil”.
Para el central, gracias a Sequeira Estrada como autor principal, ya no será un escollo el funcionamiento de los raspadores inferiores y superiores de las mazas en el área de molinos, componentes “que recuperamos con vistas a la venidera arrancada”.
En sus palabras está la satisfacción, y también el agridulce sabor de la inconformidad, de ese merecer y no recibir una remuneración que no piden, pero de la que bien pudieran beneficiarse.
Mientras esto sucede en la Ciro Redondo, en la Empresa Metal Mecánica Indalecio Montejo pasaron a una fase superior. Allí entendieron que, aunque es facultad de la administración decidir si implementa o no el PAD, en el 2023 se aprobó el reglamento que le da vía libre y lo insertaron en el Convenio Colectivo de Trabajo (CCT), manifiesta Maikel Morales, secretario general del buró sindical.
“Esa es la alternativa ante la resistencia de no pocos directores a materializar el PAD”, opina Roberto Pérez García, miembro del Secretariado Provincial de la CTC. “Lo importante debe ser la exigencia sindical en la base para que esta opción se reglamente y legitime en los CCT. Y ante la falta de iniciativa de los jefes, tanto el secretario general del buró o de la sección sindical con voz en el consejo de dirección, como los trabajadores de reconocido prestigio que lo integran y tienen derecho al voto, deben proponer, hacer notar que hay trabajadores que lo merecen”.
Eso lo tienen muy claro en la EAHCA. “Todos los integrantes del colectivo aprobamos esa retribución por alto desempeño porque llevamos la información a la asamblea de afiliados, tras conocerse la propuesta del jefe inmediato y aprobarse en el consejo de dirección”, asegura Gisela Rodríguez Santana, directora general de esa empresa.
Para ella, el PAD constituye una fortaleza para mantener de alta la eficiencia. Por eso allí congratularon con 60 mil pesos a Rafael González-Abréu Fernández, por el “mérito extraordinario aportado a nuestra empresa al obtener el Premio Nacional a la Innovación de Mayor Impacto Económico y Social 2025”.
Misael Rodríguez Llanes, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Construcción, pondera el ejemplo de la EAHCA en un ministerio donde unas 184 organizaciones empresariales implementaron el PAD, con un per cápita de 8 mil 640 pesos.
Así y todo, estima, hay que “evaluar con objetividad este asunto, exigir la rendición de cuenta de los administrativos sobre este particular en la asamblea de afiliados y trabajadores, que se valore en el consejo de dirección. Son cuestiones en las que el sindicato tiene que abrir los ojos”.
Y ello es cierto. En la provincia de Ciego de Ávila, donde la economía local atesora un crecimiento de más de 907 millones de pesos de ganancias, devienen pérdidas los vacíos informativos en los organismos globales sobre el control del comportamiento del PAD, y esos dividendos no suenan fuerte en los bolsillos de empleados del territorio que cuenta con 79 entidades cumplidoras del plan de utilidades.
De cualquier manera, las proezas de los trabajadores están ahí, y merecen ser recompensadas.